La calceta y el ganchillo ya no son solo cosa de abuelas

FERROL CIUDAD

I VALERIO

Una forma de creatividad que gana arraigo de nuevo

17 nov 2020 . Actualizado a las 17:58 h.

Las muchas horas que ahora pasamos en casa nos invitan a sustituir nuestro tiempo de vida social y calle por otras actividades. Un tiempo que antes dedicábamos a familia y amigos y que ahora restringimos a lo estrictamente necesario. Por ese motivo, consumimos más televisión, Internet, libros o dedicamos esos ratos de nuestro día a día a actividades como redecorar la casa, hacer manualidades o por ejemplo redescubrir la calceta y el ganchillo y confeccionar canastillas de bebé, jerséis para los de casa, bufandas, mantas o los bolsos de moda en estos momentos, con un toque hippie. Lo confirma Cristina Martínez, de la tienda Con Dos Ovillos, que es la forma más fina de expresar el valor que le echó a su aventura empresarial. En Con Dos Ovillos, quienes hacen ganchillo o calceta tienen de todo e incluso ideas para hacer cosas. Ahora las clases están suspendidas, pero cuando la normalidad se reinstale en nuestra vidas, Cristina también impartirá clases para aprender a hacer ganchillo o calceta. Ya no es cosa de abuelas y además relaja. En la tienda de Cristina, en la calle del Carmen, hay lanas de todos los colores y texturas, algodón cien por cien, lanas veganas, acrílicas. A pesar de la situación, casi un año después de abrir, ella no se puede quejar de como le va.

JOSE PARDO

Ferrol y solo Ferrol

El fotógrafo ferrolano Jorge Meis expone en el Torrente Ballester hasta el 19 de enero. La exposición titulada Ferrol permite hacer un recorrido por la ciudad a través del objetivo de este fotoperiodista, que invita a ver su exposición marcando como punto de partida una foto de la entrada a la urbe por As Pías, recorriéndola y finalizándola con una foto que nos lleva a la boca de la ría. Ese es el itinerario narrativo de la muestra en la que hay siempre una primera foto. Jorge confiesa que la hizo hace 26 años. Lleva 30 años dedicado profesionalmente a captar instantáneas, aunque no ha sido hasta ahora cuando, de la mano de Eduardo Hermida, comisario de la exposición, y animado por el artista de Canido, ha seleccionado 47 imágenes. Estas recogen, dice, «los pilares básicos y fundamentales de esta ciudad, lo naval, lo militar, y una tradición como la de la Semana Santa» al tiempo que nos enseña tres fotografías en las que vemos unos zapatos blancos de militares, unas botas de seguridad de trabajadores con sus buzos y un cofrade de la Semana Santa con su hábito y zapatos negros. Aunque también hay guiños a la fiesta de las Pepitas, la romería de Chamorro, la Batalla de Brión e incluso algo más contemporáneo como las Meninas de Canido y por supuesto la arquitectura de Ucha a la que también mira. Fotos en blanco y negro porque le gusta más y sobre todo porque le conecta con sus inicios y refleja, señala, «el lado poético de la fotografía». Jorge apunta que su trabajo como fotoperiodista le ha dado y sigue dando oportunidades de poner en el objetivo ese Ferrol que habitualmente no se ve pero nos descubre en su exposición.

I VALERIO

Redecorando la calle

Los locales de hostelería se reinventan para prestar servicio y darle un toque de alegría a las desangeladas calles con bares y cafeterías cerradas. Era triste salir a la calle durante el confinamiento y ver todo vacío. Ahora muchos comprueban lo triste que es, en una cultura como la nuestra, no tener un lugar en el que poder compartir una conversación con amigos con la hostelería cerrada. En la taberna del Kraken, en la calle Magdalena, le han querido dar un toque de alegría a la calle para hacer su servicio de recogida de encargos y café un poco más agradable, y con la colaboración de sus vecinos de enfrente, la tienda Explorer 66, han colocado dos macetas con aspidistras, una planta muy resistente que le resta frialdad a la semidesierta calle. Hay gente que se acerca solo a por café, pero a mediodía sirven para llevar, desde un plato del día a raciones de calamares, tortilla, lacón, o bocadillos. Además y por aquello de que tienen depósitos de cerveza de bodega, la venden a dos euros el litro. El vino se les agotó la semana pasada. María Eugenia Cardaldas, la encargada, cuenta que está encantada con la respuesta y apoyo de los clientes para enfrentar este mes agónico para el sector, que está mostrando su mejor cara.