
Nacida en Ferrol, dio sus primeros pasos como creadora en las aulas de la antigua Escuela de Artes y Oficios
12 nov 2020 . Actualizado a las 10:32 h.El mundo del arte ha perdido a una de las más grandes ceramistas españolas, Josefina Pena. La artista falleció el pasado día 6 en Ribadavia, donde residía. Tenía 93 años de edad. Y con ella desaparece una de las figuras centrales de un arte cuyas raíces se remontan a la noche de los tiempos (son pocos los pueblos que no han dejado, a través de su cerámica, uno de los más nítidos testimonios de su paso por la historia), pero cuya consideración entre el gran público sigue sin ser todavía la que verdaderamente merece. Esposa del pintor, ya fallecido también, José González Collado, Josefina (a la que sus amigos llamaban Fina siempre) residió gran parte de su vida en Madrid. Collado y ella fueron, allí, habituales contertulios del legendario café Gijón, donde cultivaron la amistad de escritores como Francisco Umbral. Era una mujer de una extraordinaria inteligencia, y su cerámica, de una delicadeza exquisita, tenía una raíz profundamente literaria. Cada una de las figuras que creaba parecía estar pidiendo que se le escribiese un cuento. Mujer de inmensa afabilidad, siempre amable y generosa con cuantos la rodeaban, su fallecimiento deja un inmenso vacío, pero su obra ya habita la eternidad, como subrayan sus amigos más cercanos, entre ellos la historiadora Esperanza Piñeiro de San Miguel y el poeta Miguel Carlos Vidal.