«Cada vez nos hacen más daño a los hosteleros, estamos muy nerviosos»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

FERROL CIUDAD

Desconcierto y dudas en un sector que aplicará esta medianoche las limitaciones

30 oct 2020 . Actualizado a las 21:31 h.

El desconcierto reinó en las cafeterías de Ferrol cuando el reloj dio las tres de la tarde. Mientras que en la churrería Bonilla una camarera vigilaba que ningún cliente entrase al interior del recinto, a escasos metros, en el bar El Sur explicaban que la Asociación de Hosteleros de Ferrolterra estaba indicando que el decreto publicado ayer en el Diario Oficial de Galicia no recoge ninguna restricción de aforo, que avanzó horas antes la Consellería de Sanidade al anunciar que Ferrol entraría en nivel 3 de restricciones. «Llevamos un día de locos. Yo soy de la asociación, pregunté y pensaba que a las tres comenzaban las nuevas medidas. Ahora me he quedado alucinado al saber que no nos incluye. Pero es que a las dos y media había unos señores que se han levantado pensando que no podían estar. Estamos locos, no sabemos qué hacer», explicaba ayer pasado ese umbral horario de las tres de la tarde Rafael Muñoz, del bar Sur.

El anuncio de las nuevas restricciones de movilidad y reuniones con convivientes a partir de las 15.00 horas sembró de dudas al sector, y la propia Asociación de Empresarios de Hostalería de Ferrol e Comarcas trató de aclararlo en sus redes sociales ante el aluvión de llamadas: «En canto ás restrición de hostalería non se impón ningunha a maiores das que xa viñan existindo dende a pasada semana. 50 % de aforo no interior dos locais, 75 % nas terrazas e non se pode utilizar a barra. A única novidade que introduce este novo decreto é que as persoas que se reúnan no local só poden ser convivinte e non poden superar o número de 5 persoas por grupo».

Vigilancia de convivientes

Sin embargo, aunque ayer solo entraron en vigor las limitaciones de movilidad y reuniones, está previsto que esta medianoche (a las 23 horas por el toque de queda) se apliquen las restricciones correspondientes al nivel 3. Estas limitan el consumo a las terrazas en las cafeterías y bares, y el aforo interior de los restaurantes, que se queda al 50 %.

En cuanto a la restricción referente a la reunión exclusiva con convivientes, ya ayer en vigor desde las 15 horas, surgieron dudas entre el sector. «¿Quién lo vigila? Se sientan dos personas y ¿tengo que preguntarles si son matrimonio, pareja de hecho, si son estudiantes que conviven juntos? Yo no puedo pedirle a la gente su DNI. Yo no soy policía», advirtió Muñoz.

El mismo descontrol se vivía en la cafetería La Premiere. «Hay un descontrol total. Esto empieza dentro de una hora y yo no se lo que tengo qué hacer», lamentaba Juan Pedreira. Unas dudas que se aclararon en parte tras publicarse el decreto. «Al final resulta que se puede entrar, la gente conviviente. Pero ese control es muy difícil. Nosotros vamos a informar a la gente, pero no podemos comprobarlo», incide. Advierte de que será un nuevo mazazo para un negocio que abrió apenas hace cuatro meses, justo tras el confinamiento decretado en marzo. «Habrá que hacer números, porque tenemos los mismos empleados y menos carga de trabajo», lamenta.

Las nuevas medidas, la escalada de casos y la entrada en vigor del estado de alarma y toque de queda está generando pérdidas en el sector ante el temor de la gente. «Viene bastante menos que antes. Aunque aún se puede consumir dentro nos está afectando muchísimo, la gente tiene miedo y ha bajado mucho la caja», explicaron en el Café Bar Manolo, en Caranza. Una tensión que está haciendo mella. «Con todo lo que llevamos, cada vez nos hacen más daño. Y tal y como está Ferrol... Hoy [por ayer] a las dos de la tarde se ha vaciado la calle, un viernes al mediodía con buen tiempo. El miedo ha sido espantoso. Estamos muy nerviosos. He pasado una mañana muy mala porque no sabía qué puedo hacer», lamenta el responsable del Sur.

«Ya buscábamos sitios con terraza y no salimos nunca a comer o a cenar»

La pareja ferrolana formada por Ángeles Fernández y Jorge Gutiérrez tomaba un vino y una caña ayer en la terraza de la churrería Bonilla. «Tratamos de hacer un mínimo de vida, lo más normalizado que se pueda», comentaron. Son profesores por lo que extreman las precauciones y reconocen que ya evitan actividades como salir a comer o a cenar. «Siempre buscamos sitios que tengan con terraza y no salimos nunca a comer o a cenar. Ahora habrá que buscar terrazas soleadas o que estén un poco resguardadas», comentaban. Las dudas sobre qué se podía o no hacer acechaban ayer a hosteleros y clientela. «Aquí les decimos que se puede entrar al baño y a pagar», comentaban en esta churrería. En El Sur señalaban que la gente pregunta con muchas dudas. «Nos preguntan si se pueden sentar, si se tienen que quedar fuera o pueden ir dentro, ya hasta qué se pueden tomar. Parece una broma, pero nos lo están haciendo pasar muy mal», incidía Muñoz, del bar El Sur.

La clientela creía por la mañana que estaba tomándose el último café dentro del local. «Nosotros ya salimos solo convivientes, estamos concienciados. Pero con la pequeña va a ser más complicado quedarse fuera por el frío, tienen que acondicionar las terrazas», comentaban la familia integrada por los abuelos Senén Caruncho, Fifa Mauriz, su hija Beatriz y su nieta de tres meses Adriana, en el Skada-Moncloa Ferrol.

Muchos locales ya trabajan en la adaptación de las terrazas al invierno. «Antes de la norma ya estábamos preparando la colocación de sombrillas nuevas con canalones para la lluvia, calefacciones...», indicaron en La Premiere.