«Echaba de menos sentarme en un sitio para poder comer caliente»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

La Cocina Económica reabre el comedor, que se cerró con el confinamiento

02 oct 2020 . Actualizado a las 17:09 h.

Una pequeña cola esperaba ayer al mediodía en la calle Rubalcava la reapertura del servicio de atención en mesa de la Cocina Económica. La pandemia sanitaria del covid-19 obligó a cerrar el comedor y atender solo con bolsas para llevar, por lo que muchos usuarios aguardaban poder volver a acceder al inmueble. «Echaba de menos sentarme y comer calentito, y por la noche, el cafetito con leche», explica uno de los usuarios. Lleva dos años acudiendo a la Cocina Económica, va a cumplir tres en el paro, cobra el Risga, padece una minusvalía y reside en una pensión de la ciudad. «Tengo unas ganas de que termine ya el coronavirus, el mundo está muy revuelto», lamenta. Estos meses siguió acudiendo al inmueble de la calle Rubalcava por la bolsa pero agradece contar de nuevo con el servicio en mesa.

Es una de las personas que ayer acudió al comedor, cuyos responsables ultimaban por la mañana los preparativos con numerosas medidas de seguridad tanto para los comensales como para el equipo de trabajadores, integrado por cinco miembros de cocina-comedor, dos de administración y dos voluntarios por servicio, almuerzo o cena. Los primeros deben acceder por la puerta lateral, pisar en dos alfombrillas desinfectantes, usar gel hidroalcohólico y, obviamente, portar mascarilla. Al entrar, Eva Vázquez, coordinadora del servicio y jefa del comedor, saluda a cada uno y les toma la temperatura.

JOSE PARDO

El comedor luce más diáfano al retirar las puertas que separaban la zona de la cocina con la del comedor, para evitar el trasiego de los trabajadores. Las mesas se han distanciado y cuentan con una pantalla de metacrilato en medio. Y ahora en cada una pueden comer dos personas en cada esquina. «Aparte, el personal tiene un equipo de protección individual, llevará mascarilla tipo FFP2, bata y gorro desechables, y el uniforme por debajo», detalla el presidente de la Cocina Económica, Antonio Tostado.

El servicio arrancó con la posibilidad de atender a 95 personas. «Reducimos el aforo a la mitad, aunque podríamos tener dos tercios. Daremos de comer en las mesas a 72 personas y adicionalmente se repartirán más de una veintena de bolsas», detalla el presidente. Disfrutaron de un menú de reapertura compuesto por lentejas y alitas de pollo con patatas fritas y pimientos. «Yo no tengo más remedio que estar aquí. Si me tocara la Bonoloto no tendría que venir. Estos meses que me tocó recoger la bolsa de comida, no podía con el peso, pero me la llevaba en una mochila. Tuve suerte de que en mi pensión tengo donde calentar la comida», explica otro usuario que lleva más de un año haciendo uso del servicio.

JOSE PARDO

Perfil durante la pandemia

El perfil de quienes acuden a la Cocina Económica cambió hace unos meses, en plena pandemia. «Hubo familias que no habían hecho uso del recurso hasta ahora que necesitaron pedirlo un tiempo. Pero ahora volvemos más o menos a los usuarios de antes», explica la trabajadora social María San Juan. Tostado señala que notaron la llegada, primero, de gente que realizaba pequeños trabajos sin declarar y, posteriormente, trabajadores del sector de la hostelería. «Vemos que la gente está cansada, muchos están en habitaciones alquiladas, pensiones, infraviviendas... y no podían comer sentados en una mesa. Eso lo puedes hacer provisionalmente. Pero ha sido tan impredecible todo lo que ha sobrevenido», indica Tostado.