Las limitaciones en los comedores por el covid desatan quejas entre los padres

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En la imagen, el comedor del colegio Ponzos de Ferrol, donde estos días la cifra de usuarios no llega a los quince niños
En la imagen, el comedor del colegio Ponzos de Ferrol, donde estos días la cifra de usuarios no llega a los quince niños JOSE PARDO

Familias con turnos irregulares denuncian que este curso no pueden usar el servicio, porque los niños deben ir siempre los mismos días cada semana

23 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las limitaciones en el uso de los comedores escolares que ha impuesto la pandemia del covid-19 están provocando problemas de conciliación a muchos padres de Ferrol. Lo aseguran desde la Federación de Anpas de Centros Públicos de Ferrolterra, adonde han llegado quejas por este asunto. Y lo cuentan también en primera persona madres como Begoña Pena, que este año no podrá llevar a su hija al comedor escolar de su colegio, el Ponzos, en días sueltos cada mes, como hacía el curso pasado. Y todo, según explica, porque su marido -que es quien se encarga de recoger a la niña- trabaja en turnos irregulares, que varían cada semana.

«Esta curso los comedores siguen aceptando el uso en días sueltos, pero con la condición de que sean siempre los mismos días fijos cada semana. En mi caso concreto, y el de otra mucha gente, esto resulta imposible, debido a los turnos irregulares de mi marido, y aunque nosotros podríamos indicarles ya los días exactos que va a asistir mi hija el comedor a lo largo todo el curso, me dicen que aún así no es posible y la única solución que me dan es que la apunte de lunes a viernes, lo que implicaría pagar todo el mes, aunque vaya solo ocho días», apunta molesta.

Esta madre considera que este sistema resulta «injusto», puesto que «discrimina» a las familias con turnos irregulares frente a aquellos que tienen horarios estables. «Yo no puedo llevar a mi hija ocho días al mes porque no va a ir al comedor los mismos días fijos a la semana, pero en cambio otro padre sí puede hacerlo porque elige llevar siempre a su hijo, por ejemplo, todos los martes y jueves. No me parece justo. Si yo informo con suficiente antelación de los días exactos que va a ir mi hija, no sé por qué no se puede hacer. No se trata de un problema de seguridad, sino de organización», arguye.

En este sentido, esta madre considera que aceptar en los comedores a niños que se encuentran en el mismo caso que su hija no supone un mayor riesgo de contagio ni afecta a la seguridad. «Este curso, por el covid-19, cada niño debe ocupar siempre la misma silla y la misma mesa en el comedor, por lo que el día que mi hija no se quede a comer ningún otro niño va a ocupar su sitio. Además, todos los puestos se desinfectan a diario», alega.

El Concello alega razones de seguridad para no permitir el uso «esporádico»

El Concello de Ferrol, que gestiona el servicio de comedor en los colegios públicos de la ciudad en colaboración con Serunión, no ha tardado en dar respuesta a las quejas de los padres. Fuentes municipales indican que para este año «tan excepcional» se está realizando un «importante esfuerzo» por establecer «comedores seguros», y por este motivo, «el Concello y las direcciones de los CEIP establecieron que para este curso escolar los usuarios de los comedores deben ser fijos, no esporádicos, para logran el buen funcionamiento y organización del comedor».

En este sentido, apuntan que el usuario puede solicitar el comedor «días fijos» por mes, aunque no necesariamente los cinco días lectivos de la semana. «El protocolo de la Xunta establece grupos estables en el colegio, incluido el comedor, y usuarios de días no fijos no permite esta organización segura», alegan. Las mismas fuentes recalcan que, «al igual que ocurre en las aulas, los comedores deben ser lugares seguros para los escolares, y prueba de ello es que se garantiza un mínimo de dos monitores en cada comedor».

Más ayudas para mascarillas

CESAR TOIMIL

A las críticas desatadas por las limitaciones que ha impuesto la pandemia en el uso de los comedores escolares se suman otros problemas, como el gasto adicional que ha generado para los bolsillos de las familias el uso obligatorio de las mascarillas en las aulas. «Nos están llegando muchísimas quejas por este tema, porque hay muchas familias que no pueden hacer frente a esos gastos», advierte la presidenta de la Federación de Anpas de Centros Públicos de Ferrolterra, Lorena Dapena.

Esta entidad entiende que todo el material de protección frente al covid-19 debería ser gratuito para la comunidad escolar, o cuando menos, subvencionado por las administraciones. «Pensamos que la Consellería de Educación es la que tiene las competencias para crear estas ayudas, pero llegados a este punto creemos que también podría involucrarse la Concejalía de Servicios Sociais», anota Dapena.

La presidenta de la Federación de Anpas de Centros Públicos consideran que estas ayudas resultan imprescindibles para garantizar la seguridad en los colegios. «Si no hay dinero, los padres tiran como pueden y se corre el riesgo de que se estire el uso de la mascarilla, utilizándolas más horas de lo recomendable, o en el que caso de las reutilizables, dándoles más lavados de lo aconsejado», advierte Dapena.

Por eso, desde la Federación de Anpas aplauden ayudas como la que acaba de llegar a la ciudad de la mano de la Subdelegación del Gobierno. Su responsable, Pilar López-Rioboo, entregó esta misma semana al alcalde, Ángel Mato, un total de 17.000 mascarillas protectoras para su reparto entre los centros escolares y los colectivos más vulnerables de la urbe naval, en el marco de una campaña de ayuda puesta en marcha por el Gobierno en colaboración con la Federación Española de Municipios y Provincias.