«Somos los tenderos de los olvidos», aseguran los propietarios de Santalla, una de las más antiguas y ubicada en la plaza de Canido
31 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Ferrol cuenta con una larga lista de tiendas de alimentación que abren los domingos por la mañana. Casi cada barrio dispone de una y algunas son toda una institución, como es el caso de la que regenta Puri Santalla en la plaza de Canido, justo ante la parada de taxis. Tiene dos entradas, una hacia el estanco y otra hacia un espacio en el que hay tanto surtido como en un hipermercado: «Somos los tenderos de los olvidos, aquí puede venir cualquiera un festivo que encontrará lo que busca», garantizan los herederos de un ultramarinos histórico: Casa Santalla. Esta familia también tuvo un quiosco en plena plaza y la segunda generación lleva casi cuatro décadas detrás de este mostrador y del bar Rueiro. «Tenemos clientes que vienen por un apuro y muchos fieles que vuelven cada día a por el pan o lo que les apetece», relata Puri ante una vitrina con dulces de nombres sugerentes.
En A Graña, Victoria Souto también se ha hecho con una clientela fiel para los domingos por la mañana en solo cuatro años que tiene este establecimiento. Ofrece la opción de encargos para las comidas de días de fiesta. «Solo cerramos los días de Navidad y Año Nuevo, el resto estamos aquí con pan y todo lo que se pueda necesitar», cuenta una tendera que los domingos tiene el horario por el que opta la mayoría de los establecimientos que abren: desde las nueve a las dos de la tarde.
Los supermercados Covirán también se apuntan a este servicio y están en Canido, en la avenida de la Paz o en Catabois, entre otros lugares de la ciudad. Precisamente, en este último barrio hay una frutería, Amorodo, que además de atender a los clientes los días festivos ofrece una mercancía singular. «Lo que tenemos es en su mayoría de nuestros propios invernaderos y también lo llevamos a los hosteleros», detalla Jorge Bouza en un local donde, además de fruta y verdura de proximidad, hay un surtido variado para llenar cualquier nevera o cumplir cualquier antojo gastronómico.