Denuncia los problemas de accesibilidad que encuentran en la ciudad y las playas
20 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La Asociación Sociocultural ASCM lleva 33 años luchando por la inclusión total de las personas con discapacidad. Paula Gárate, su presidenta, comenta las dificultades que tiene Ferrol para personas de movilidad reducida y recuerda la reciente petición de mejorar los accesos a las playas, la cual ha escuchado con interés el Concello.
-¿Cómo valora la accesibilidad actual a los arenales?
-Tiene mucho que mejorar. Están constantemente cambiando por la naturaleza, lo que hace que las tarimas y pasarelas queden descompensadas. También por el propio estado de los arenales; solo hay que ver las rampas que se forman en Doniños o San Xurxo.
-¿El problema es únicamente en la entrada a los espacios?
-No, no se queda ahí; se deberían poner dispositivos que permitan el baño o el paseo de las personas con movilidad reducida. También habría que hacer mejoras en la señalización o en los espacios de aparcamiento.
-¿Ha visto implicación por parte del Concello?
-Sí, el Concello tiene interés real en intervenir cuando se pueda. Algunas cosas se podrían realizar a corto plazo, pero en otras se tendrá que ver cuándo se puede y con cuánto presupuesto. Aun así, todavía estamos en una fase de valoraciones, y propuestas; hablar ahora de medidas adoptadas sería vender humo.
-¿Considera que Ferrol es una ciudad accesible para personas con discapacidad?
-Aun quedan muchas cosas por mejorar. Algunos edificios públicos siguen sin estar adaptados; incluso algunos servicios básicos como los colegios. También afecta el poco civismo de algunos comportamientos como dejar el coche aparcado en la acera. Los comercios o algunos espacios culturales, como los teatros, siguen teniendo barreras tanto para actores como para espectadores. Pero no todo es malo; los pasos de peatones se adaptaron, lo cual resulta de mucha ayuda.
-¿Y otras actividades del día a día?
-Viajar, por ejemplo, sigue siendo difícil. Hubo avances de forma individual, pero en grupo sigue siendo complicado. En ningún tren o autobús pueden ir más de cuatro personas de movilidad reducida. Teóricamente siempre hay espacios y todo son facilidades, pero nuestro día a día es muy diferente.