Los ciudadanos incrementan el uso del Punto Limpio de Catabois

jose grande santalla / b.c. FERROL

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Tras trece años de trabajo, en el 2019 gestionó ya 92 toneladas de residuos

16 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras casi trece años en la carretera de Catabois, el Punto Limpio de Ferrol está establecido ya como un servicio básico para la ciudad. Este recinto está pensado para depositar la mayoría de residuos caseros como electrodomésticos (los llamados Raees); escombros; objetos voluminosos como colchones o sofás; vidrios; madera; botes de pintura o aceites de distintos tipos. Así, cumple una función muy importante: disponer de un espacio en el que los ciudadanos se puedan deshacer de esos objetos que no se pueden depositar en ningún contenedor convencional.

Inaugurado en 2007 por el entonces alcalde Vicente Irisarri, se confió en Recinor, una rama del grupo Rilo, para su gestión. Ese año solo funcionó durante dos meses, pero en ese tiempo trató siete toneladas y media de desperdicios. Dos años más adelante, en 2009, registró una gestión total de más de 86 toneladas. Y a lo largo de estos diez últimos cursos su uso se ha consolidado e incluso aumentado, llegando a las 92 toneladas de desechos en el 2019.

Recinor valora positivamente su funcionamiento, siendo una parte más de sus instalaciones. Solo cuenta con un empleado, que lleva la organización y papeleo que requiere este espacio: se encarga del registro de entrada y salida de usuarios, así como de lo que entrega cada uno; recoge datos del contenido que llega; notifica las actividades efectuadas a la Xunta (el organismo que autoriza el espacio); redacta informes y hace, al final de cada año, la memoria anual.

El servicio está pensado para particulares, no para empresas. A fin de controlar el cumplimiento de esta condición, cada habitante del concello de Ferrol tiene un límite mensual de residuos que puede llevar. Estas cantidades varían según lo que se entregue: 40 litros de aceite (mineral o vegetal); 100 kilos de madera (la misma cantidad que el metal); 15 kilos de vidrio o tres electrodomésticos, entre otros.

Gestores autorizados

Dependiendo del objeto que sea, se transformará en la planta de Recinor o se contactará con un gestor final que se encargue de su tratamiento. En la empresa ferrolana se reconvierten, por ejemplo, los escombros en un árido que se destina para obras. Esto dota a esos restos de una segunda vida y permite que no haya que extraer el material de la naturaleza, preservando el entorno. Cuando se entrega algo a un gestor final, este también lo reutilizará, como es el caso de los palés creados con la madera almacenada. Pese a que siempre haya materiales que se tengan que destruir, la empresa asegura que se pueden tratar más del 90 % de residuos, una cifras que toman como muy buenas. Además, todos los procesos que realizan al manipular o reciclar los residuos cumplen lo establecido en la Ley 22/2011, sobre residuos y suelos contaminados, y cuentan con el sello de Conformidad Europea (CE).

Desde las asociaciones ecologistas se ve el Punto Limpio como un aliado, pese a que no es ni infalible ni perfecto a la hora de tratar los materiales. Ernesto López, de Adega, comenta que «o seu impacto sobre a existencia de vertedoiros ilegais pola zona rural é nulo. Cando camiño polo monte non se aprecia ninguna reducción destes espazos». Sobre los protocolos empleados realiza una valoración positiva, pese a que se puedan mejorar en algunos parámetros. «En todo caso, é mellor isto que que estean na natureza», concluye.

Ayudar a la sostenibilidad

El Punto Limpio es una forma fácil, que no conlleva ningún esfuerzo, de contribuir a la sostenibilidad. Está abierto de lunes a viernes por la mañana y tarde; los sábados, solo de 10 a 12 de la mañana.