Guillermo Escrigas, investigador: «Para Concepción Arenal fue decisivo el gran legado intelectual de su padre»

Ramón Loureiro Calvo
ramón Loureiro FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

ESTEVO BARROS

Afirma que «Ferrol tiene un lugar de honor en la historia de la lucha por la libertad»

12 dic 2021 . Actualizado a las 22:20 h.

Tras jubilarse como director del Centro Galego das Artes da Imaxe (CGAI), Guillermo Escrigas (Ferrol, 1953) ha podido dedicar por fin todo su tiempo a sus proyectos personales. Unos proyectos que le permiten viajar a través del tiempo. Aunque, eso sí, sin salir de casa. A él no le ha pesado demasiado el confinamiento. Vive rodeado de decenas de miles de libros, fotografías, grabados, manuscritos y todo tipo de material impreso: desde cajas de cerillas antiguas hasta cromos, proclamas a favor de los más diversos gobiernos y, cómo no, pasquines revolucionarios.

-Pero no todos sus libros están en Ferrol...

-No, claro. Hay una parte muy importante de mis libros y de mis archivos que está en mi casa de Cabanas. Y otra parte permanece en Madrid. Físicamente es imposible que pueda reunir todo eso en una sola casa. De hecho, uno de mis grandes sueños sería poder ver reunidas mis tres bibliotecas en un mismo edificio en un solo lugar. Pero ya me hago cargo de que no es un sueño fácil de convertir en realidad.

-Trabaja usted ahora, entre otras cosas, en la recuperación del legado del padre de Concepción Arenal.

-Sí, estoy con varios proyectos a la vez, pero como usted bien dice, ese es uno de ellos. La suerte me permitió, en su momento, localizar el archivo de Ángel del Arenal, del padre de la penalista ferrolana, y después adquirirlo, cuando se puso a la venta. Ángel del Arenal fue un militar extraordinariamente culto, y de claro talante liberal, que nos legó, entre otras cosas, una magnífica descripción del Ferrol de su tiempo. Es una pena que nuestra ciudad no le rinda a una figura de esa importancia el homenaje que merece. Para Concepción Arenal fue decisivo el gran legado intelectual y cívico de su padre. Un padre que fue, además de un gran oficial y un hombre de inmensa cultura, alguien firmemente comprometido con la libertad. Cosa que también es muy ferrolana, ¿sabe?, porque Ferrol, aunque haya quien lo olvide o prefiera olvidarlo, tiene un lugar de honor en la historia de la lucha por la libertad.

-¿Sigue pensando que la imagen que tenemos del Ferrol de otras épocas no se ajusta en exceso a la realidad...?

-Por supuesto. Los ferrolanos seguimos empeñados en condenar al olvido nuestra historia. Y ni siquiera somos demasiado conscientes de lo mucho que Ferrol, como ciudad de ilustrados, le ha dado a la ciencia.

-¿Y cómo se puede cambiar eso ahora?

-Cambiando por fin de actitud. A mí me parece escandaloso que Ferrol ni siquiera tenga un verdadero museo dedicado a la ciudad. Y le pongo otro ejemplo...

-Dígame.

-El primer gran proyecto del Arsenal de Ferrol, que es del año 1923, está a punto de cumplir su tercer centenario. ¿A alguien le interesa eso...? ¿Se está haciendo algo...? ¡No tenemos remedio!

«Bello Piñeiro fue, además de un pintor brillante, un enamorado de las raíces de Galicia»

 

 

Guillermo Escrigas vuelve a dirigir su mirada estos días también, y con especial intensidad, a la figura del pintor Felipe Bello Piñeiro, de quien dice que «el paso del tiempo parece haber ido borrando numerosas facetas de su personalidad, olvidando su contribución a ámbitos como el de la investigación sobre los orígenes de la cultura tradicional gallega».

-Desde su punto de vista, ¿quién fue, realmente, Bello Piñeiro?

-Bello Piñeiro fue un gran pintor. Pero, además de un pintor brillante fue un enamorado de las raíces de Galicia. Hay aspectos en los que fue un auténtico precursor. A mí me llama mucho la atención la intensidad con la que trabajó, con la ayuda de Manuel Fernández Barreiro, que para él fue un auténtico mecenas, en la búsqueda de la esencia de la literatura oral gallega, con un magnífico trabajo de campo que tomó como referencia Val Xestoso. Por fortuna, el manuscrito en el que se recogen los frutos de ese trabajo lo conservo yo. Es un patrimonio de Galicia que no debería perderse nunca. Y estoy empeñado en darlo a conocer para las generaciones futuras. Y por cierto, qué pena que ya nadie se acuerde tampoco de Fernández Barreiro, que impulsó proyectos como Céltiga, en cuyo seno se publicó Un ollo de vidro, de Castelao.

-Se le ve desilusionado...

-No, no se crea. No estoy desilusionado. En el fondo, sé cómo somos. Soy consciente de lo poco que le queremos a Ferrol. ¿Quién se acordaba de Carvalho Calero hasta que se le dedicó el Día das Letras? ¿Cuánta gente reivindicaba su figura? Y lo que digo de Carvalho Calero, casi podría decirlo también de Torrente. O de Rubia Barcia. O de Santiago Montero Díaz. Que eran todos, fíjese, casi de la misma edad.