El día D de Ferrol que el coronavirus boicoteó en la plaza de Armas

FERROL CIUDAD

Aspecto que presenta desde el lunes la plaza de Armas, que ayer debía haber finalizado
Aspecto que presenta desde el lunes la plaza de Armas, que ayer debía haber finalizado JOSE PARDO

El director de la obra cree que la reforma se retomará sin problema y propone una sesión vermú y una verbena para la inauguración

13 may 2020 . Actualizado a las 22:40 h.

Era la fecha marcada en rojo en el calendario de Ferrol. El 3 de abril su plaza de Armas debía estar finalizada, tras la segunda prórroga concedida a la remodelación más profunda del último medio siglo. Pero llegó el virus y tiró por tierra su día D, convirtiéndolo en el de la desilusión y la decepción. Por los pelos. Solo cinco jornadas más de trabajo hubiesen bastado para acabar, pero el Concello decretaba el fin de semana la paralización de todas sus obras. Y el lunes, la plaza quedó congelada en el tiempo.

Maquinaria desperdigada, montones de tierra apilada sin extender, losas de granito sin terminar de colocar, y paquetes completos a la espera de que la actuación se reanude. Todo ello, enmarcado por unos tilos que, ajenos a la pandemia, continúan su desarrollo en sus diez metros de altura, tiñendo de verde con sus grandes copas el corazón de Ferrol. La estampa se muestra inalterable desde entonces. Y si hay alguien que lo siente especialmente es el director de la obra que ejecuta la UTE Prosema y Civis Global, el arquitecto Carlos Pita. Él alumbró un diseño que se materializó al imponerse en el concurso de ideas convocado. «A todos los que hemos estado trabajando estas últimas y extrañas semanas a pie de plaza nos hacía mucha ilusión poder dejarla rematada, lista a la espera del día en que Ferrol pueda volver a sus calles», admite tras casi un año de trabajos. «No ha podido ser», dice, «pero en medio de este sinsentido es una simple anécdota. Lo importante es lo importante», recuerda.

El listado de tareas pendientes pasaba por extender una última capa de tierra, colocar algunas losas, rematar el adoquín, colocar la escultura Toros ibéricos y disponer bancos y papeleras por el recinto, entre otros pequeños detalles. Pita entiende que «no creo que sea difícil retomarla» y defiende que «habrá que recuperar la alegría para hacerlo». Un espíritu que extiende al momento en que finalmente la plaza pueda abrirse.

Pita: «Un canto al encuentro»

«Armas es un canto al encuentro, a la celebración de vivir juntos, un espacio que quiere oler a democracia, historia y civilización», proclama. Y por eso, considera que su inauguración, cuando llegue, debería ser un acto festivo donde «Ferrol se celebre a sí mismo. La plaza de Armas habla de nuestra necesidad de los demás», añade. «Qué mejor que organizar un gran baile, un concierto de la banda municipal, qué sé yo, una verbena con sesión vermú y de todo. Reconquistar la vida ciudadana, celebrarlo con toda nuestra alegría, que falta nos hace», concluye.