Una lámpara de encaje de bolillos

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

FERROL CIUDAD

José Pardo

La asociación Camiño de Artesanía organiza un curso anual para perfeccionar una técnica con la que crean desde máscaras a tarjetas de Navidad y hasta panderetas

16 mar 2020 . Actualizado a las 08:45 h.

Al encaje de bolillos se le quedan pequeños los manteles y la ropa de casa. Hace tiempo que los artesanos los crean para lucir en elementos decorativos y hasta en instrumentos musicales. La asociación de la comarca Camiño de Artesanía es una de las adelantadas en la innovación para esta labor y por eso cada año invita a una experta, Alicia Sevilla, para que les explique una de las claves para adaptar el encaje a cualquier objetivo creativo: «Nos enseña a hacer comienzos y remates invisibles, a buscar la perfección en el trabajo, que no se pueda encontrar el principio ni el final», explica Ana Seijas, una de las participantes en una aula muy provechosa. Ella ya está trabajando en una pandereta y de sus manos han salido máscaras venecianas para los atuendos carnavaleros más cuidados.

Estas clases especiales tendrían que haberse celebrado este fin de semana, pero la alerta del coronavirus obligó a aplazarlas y a cerrar una muestra en la que se podían ver otros artículos curiosos elaborados con el arte de los bolillos. «Alicia Sevilla traía muchos de sus trabajos para exponer entre los que estaba una lámpara de bolillos, las postales navideñas que elabora cada año, cuadros, detalles para una solapa, para zapatos...», va enumerando Ana, que asegura que este máster sobre el mundo del bolillo ya se ha convertido en un clásico en Ferrol, donde se encuentra una de las asociaciones de artesanos más numerosa de Galicia.

Del casi medio centenar de componentes la mitad está muy centrada en estas puntillas que tanto sirven para adornar un vestido, como para crear una pieza decorativa. «Con los conocimientos del curso de Alicia podemos seguir innovando, yo ahora mismo, por ejemplo, estoy haciendo una pandereta que va a sonar, aunque no será precisamente un instrumento», explica una de las promotoras de una actividad que podría dar más frutos si la entidad contase con un local propio, algo que llevan años reclamando al Concello. De hecho, el anterior gobierno local les había concedido uno en Porta Nova, que finalmente no van a tener.

«Ahora mismo estamos en espacios como el café Sevilla de Ferrol, que nos deja exponer nuestros productos, y hay locales como el Sexto Pino que nos deja el local para dar cursos como el de bolillos», cuenta Seijas, que asegura que los responsables municipales no han cerrado las puertas a concederles una sede, aunque sería en un horizonte bastante lejano. Camiño de Artesanía intentó tener su propio local, pero no eran capaces de afrontar los gastos a pesar de que son una de las agrupaciones más grandes de Galicia. Nacieron hace casi cinco años y son más de medio centenar de creadores en todo tipo de artes, desde el cristal, a la lana, la cestería o el cuero, entre otros muchos materiales. Sin embargo, la gran mayoría no puede vivir de su vocación artesana, aunque les gustaría mucho.

Mientras tanto, ofrecen su trabajo en las redes sociales, porque casi ninguno puede permitirse abrir una tienda propia y se organizan para acudir a mercadillos. En invierno es cuando más echan en falta un espacio en el que ubicar sus puestos junto a otros artesanos con la carta que les da la Xunta y que demuestra su profesionalidad.

La entidad. Camiño de Artesanía tiene casi cinco años y cuenta con medio centenar de socios, la mayoría hace encaje.

Dónde. Ofrecen sus labores y cursos en las redes sociales y en locales como el bar Sevilla, otros como el Sexto Pino les acogen para sus cursos.