Cris Irisarri: «Hay que vivir la vida al 100 % y disfrutar cada momento»

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Tras ser diagnosticada de cáncer de mama, descubrió el poder terapéutico del yoga y ahora da clases de la disciplina en Ferrol y A Coruña

02 mar 2020 . Actualizado a las 10:09 h.

Cristina Irisarri (Ferrol, 1983) recuerda bien aquel día de mayo. Acudió al ambulatorio por un simple tapón en el oído y salió de la consulta con la sospecha de que podía tener cáncer de mama. «Unos días antes me había notado un bultito en el pecho y le dije a la doctora que me lo mirase por si acaso», rememora. Los peores vaticinios llegaron poco después. En julio del 2015, con solo 31 años, le dieron el diagnóstico. «Para mí fue un mazazo. Dos años antes mi madre había fallecido de la misma enfermedad y ahora la tenía yo. Lo peor fue decírselo a mi padre, porque sabía que lo que iba a pasar fatal», relata la hija del ex alcalde de Ferrol, Vicente Irisarri.

De aquello hace ya cinco años, pero hoy -tras la extirpación del tumor, ocho meses de quimioterapia y un tratamiento hormonal que pronto llegará a su fin-, Cristina se siente fuerte y mira al futuro con optimismo. El cáncer la llevó a descubrir el poder terapéutico del yoga, y ahora, tras haberse formado como profesora en Madrid y Santiago -con la especialización en yoga oncológico-, ella misma imparte clases de la milenaria disciplina de la India en la clínica de fisioterapia Doble V de Ferrol y en el estudio Prana de A Coruña. Además, trabaja en el departamento de E-Commerce de Pull & Bear, donde lleva la página web para China, y por si eso fuese poco, también imparte talleres de surf y yoga de la mano de Oysho Sports. Sin duda, es una mujer todoterreno. «Voy siempre a mil, pero como lo que hago me gusta mucho, no me importa», comenta Cris, que estudió Sociología y también cuenta con un máster en Márketing y Comunicación en su currículo.

Esta mujer positiva y valiente explica que el yoga le ayudó a sobrellevar el cáncer a nivel físico, pero también en el plano emocional. «Gracias a sus técnicas de respiración, el yoga reduce la ansiedad, el estrés y los problemas para conciliar el sueño. Por otra parte, el cáncer de mama tiene unas connotaciones físicas importantes, porque que se te caiga el pelo o verte sin un pecho o con un pecho diferente al otro es muy duro, y ahí el yoga también supone un gran apoyo, porque te ayuda a aceptarte tal y como eres: con o sin pelo, con o sin pecho», apunta Cris.    

Cristina Irisarri, en la clínica de fisioterapia Doble V de Ferrol, donde da clases de vinyasa flow yoga
Cristina Irisarri, en la clínica de fisioterapia Doble V de Ferrol, donde da clases de vinyasa flow yoga JOSE PARDO

Quedamos en la cafetería del hotel Valcárcel del polígono Río do Pozo, en un descanso de su trabajo en Pull &Bear. Y allí, frente a una Coca-Cola y un agua con gas, me habla de algunas de las lecciones que aprendió del cáncer, como aquel espíritu del carpe diem que Robin Williams predicaba con entusiasmo a sus alumnos en El club de los poetas muertos. «La enfermedad me enseñó que hay que vivir la vida al 100 % y disfrutar de cada momento. Me di cuenta de que es mejor no hacer planes a largo plazo, porque nunca sabes lo que puede pasar, así que, si quieres hacer algo, hazlo ya, no lo pospongas», dice convencida.

La familia, los amigos, el mar

Por eso, Cris está empeñada ahora en sacar jugo a la vida y disfrutar al máximo de lo que más quiere: la familia, los amigos, su pareja, el surf, el yoga... Y el mar. Siempre el mar. «Me siento muy afortunada de vivir en Doniños, porque es un auténtico paraíso. A veces no nos damos cuenta, pero aquí al lado tenemos un balneario al aire libre fantástico», dice con orgullo de su parroquia.

También se le ilumina la mirada al hablar de su familia. Y se emociona hasta las lágrimas al recordar a su madre, Macamen, que, aunque ahora ya no está, le dejó un preciado legado. «Ella era muy buena persona y me inculcó la importancia de la familia y de ser generosa con los demás», recalca. También se guarda piropos para su padre, Vicente, quien cada día le transmite con su ejemplo valores como el «esfuerzo», la «honestidad» o la importancia de «ser consecuente con tus ideas». Y, por supuesto, Cris no se olvida de su hermano Pablo, que a pesar de vivir a miles de kilómetros, en el lejano Japón, siempre está presente en sus pensamientos. «Además de ser mi hermano, es mi mejor amigo», sentencia.

Para terminar, hablamos de su pasión por los viajes, de la que dan buena cuenta las fotografías que cuelga en su Instagram (@umisurfyoga), donde Cris difunde sus proyectos de surf, yoga oncológico y vinyasa flow yoga. «El surf me ha llevado a muchos sitios: Indonesia, Puerto Rico, Bali, California o Hawai, donde estuve hace poco, en un viaje alucinante con mi pareja, nadando entre tortugas. Pero esta curiosidad por viajar no se acaba nunca y aún me quedan muchos destinos pendientes por visitar. Ahora me apetece ir a Canadá, Nueva Zelanda y Perú», dice con ojos soñadores.