Galicia y su Iglesia pierden al teólogo y sacerdote Fernando Porta de la Encina

FERROL CIUDAD

CEDIDA

Un firme defensor del Concilio Vaticano II

19 feb 2020 . Actualizado a las 14:11 h.

Con la muerte del teólogo y sacerdote Fernando Porta de la Encina, la Iglesia gallega pierde a una figura fundamental de su historia más reciente, así como a uno de los más firmes defensores del espíritu renovador del Concilio Vaticano II. Y pierde, sobre todo, a un excepcional ser humano. Había nacido en Ferrol, en el año 1928, pero pasó sus últimos años en Sada, donde era extraordinariamente querido . «A súa espiritualidade exerceu unha influencia decisiva en varias xeracións de sacerdotes», como señala uno de sus grandes amigos, Ramón Otero Couso, párroco (como también lo fue Porta) de San Julián de Ferrol, de la Iglesia concatedral. Precisamente junto a Ramón Otero y junto al recordado y añorado Manuel Mejuto, Porta de la Encina dirigió durante una larga etapa la parroquia ferrolana de San Pedro, verdadero ejemplo de cercanía, de implicación social y de compromiso con los que nada tienen.

Formado como teólogo en la Universidad de Salamanca, Porta fue, además, un firme defensor de la libertad. Y también él, junto a otros sacerdotes de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol como Martínez Aneiros o Chao Rego, pidió democracia en un tiempo en el que alzar la voz se pagaba muy caro.

Fue canónigo de la catedral mindoniense, y en una decisión absolutamente infrecuente renunció al cargo. Su aportación al Concilio Pastoral de Galicia, al igual que su ejemplo de vida y su entrega a quienes sufren, brillará eternamente.

La capilla ardiente permanece instalada en el tanatorio Artabria. El jueves, a las 16.30 horas, se celebrará en la parroquia ferrolana de San Pedro un funeral por el eterno descanso de su alma, y a las 18 horas sus cenizas recibirán sepultura en el cementerio municipal de Catabois.