Las pruebas con el narcotest son más complicadas y caras que las alcoholemias

FERROL CIUDAD

22 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El procedimiento para detectar la presencia de drogas en el organismo de un conductor es más complicado y caro que el del alcohol. Consiste en una prueba de saliva con un bastoncillo que se moja en un compuesto líquido, se espera a que se coloree de azul y después se introduce en el narcotest, que es el que, tras otros ocho minutos de espera, determina si hay indicios de drogas. De este modo se pueden detectar seis tipos diferentes de sustancias. Pero esta prueba de indicios solo sirve para impedir que el conductor siga pilotando el coche, porque para formular la oportuna denuncia se requiere una analítica, también de saliva, que se extrae con otro bastoncillo y se remite al Centro de Toxicoloxía de Santiago. Los resultados, que verifican con exactitud la ingesta de sustancias, tardan unos 15 días y el conjunto de cada prueba cuesta unos 80 euros.

De ahí que se realicen menos controles de este tipo. Así, mientras que las alcoholemias se suelen practicar de forma aleatoria, solo se somete al narcotest a los conductores cuando se observan indicios de que pueden estar bajo los efectos de estupefacientes.

Según el jefe de la Policía Local, José Antonio Chao, la gente todavía tiene sensación de impunidad, por considerar que, como con el alcohol, pasadas unas horas los niveles bajan, pero con las drogas, la ley no permita ni la más mínima presencia.

Este responsable, que anuncia más controles policiales, asegura que si se realizase el mismo número de pruebas de estupefacientes y alcohol, los resultados de positivos serían prácticamente los mismos.