«No me quejo, pero si abriésemos todos sería mejor»

FERROL CIUDAD

08 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La festividad de San Xiao impidió que en Ferrol pudiesen abrir sus puertas las tiendas de grandes cadenas y multinacionales, pero sí lo hicieron un buen puñado de pequeños comercios, que no quisieron desaprovechar el gancho del primer día de rebajas. «Para nosotros está siendo una buena jornada de ventas, pero es una pena que el Concello no haya solicitado el permiso de apertura especial para las grandes cadenas, porque eso ayudaría a que la gente se quedase en Ferrol y no se marchase de compras a A Coruña o a otros municipios de la zona», comentaba al filo del mediodía Daniel García Nores desde la zapatería Vicky Nores, uno de los establecimientos de A Magdalena que optó por funcionar con normalidad en la festividad del patrón de Ferrol.

Muy cerca de allí, también en la calle Real, la responsable de La Tienda de Carol, Carolina Díaz Rodríguez, expresaba esa misma opinión. «Si vas al mercado, quieres variedad: poder comprar carne, pero también pescado, fruta o pan. Pues con esto pasa lo mismo: si solo abrimos unos pocos no hay variedad y la gente no se anima tanto a bajar al centro. Yo no me quejo, porque están viniendo clientes y ya he tenido varias ventas, pero si abriésemos todos el balance sería mejor».

Una de las personas que contribuyó a hacer sonar la caja registradora de La Tienda de Carol en su primer día de rebajas fue Julia, una vecina de Ferrol que salió de allí con un plumas «muy calentito y a muy buen precio». «Me gusta comprar en el comercio local, porque mis padres tuvieron establecimientos de ropa y hostelería y sé lo que cuesta mantener un negocio, pero también entiendo que haya tiendas que no abran hoy, porque el personal necesita descansar», comentaba Julia.

Y en la calle Dolores, las responsables de Dolores Loles, Lola y Chus Sanmartín, no ocultaban su desánimo. «La gente dice que le gusta vestir diferente y comprar en las pequeñas tiendas del centro, pero luego llegan las rebajas y todo el mundo va a las mismas cadenas para comprar la misma ropa. Al final parece que a la gente le gusta vestir igual».