Albalat dibujó el futuro

José Picado DE GUARISNAIS

FERROL CIUDAD

05 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue un referente de las Bellas Artes. Arquitecto, maestro de arquitectos. Un arquitecto humanista, más preocupado por los usuarios de los edificios que por los edificios. Urbanista, sociólogo, diseñador, Andrés Fernández-Albalat Lois fue una especie de sabio renacentista capaz de traducir sus conocimientos en la arquitectura más moderna de la segunda mitad del siglo XX. La fábrica de Coca-Cola coruñesa, el concesionario de SEAT, el estadio de San Lázaro y la facultad de Matemáticas en Compostela, la rehabilitación de la fortaleza de Monterrei y el complejo industrial de Sargadelos en Cervo (declarado bien de interés cultural), son algunos ejemplos de su arquitectura joven, diferente, innovadora.

También lo fue su visión futurista, revolucionaria, muy avanzada para aquella Galicia. Ingresó en el Instituto Cornide a finales de los años 50 y lo hizo con un discurso basado en el proyecto de La Ciudad de las Rías. Allí Albalat dibujó el futuro. Proyectó tres puentes que unirían las tres rías del Golfo Ártabro (A Coruña, Ares-Betanzos y Ferrol) con la finalidad de favorecer las comunicaciones entre las ciudades de Ferrol, A Coruña y todas las demás villas ribereñas. Tenía el diseño en su cabeza de una gran área metropolitana apoyada en las comunicaciones, recursos y servicios compartidos por algo más de medio millón de habitantes. Un ente supramunicipal dibujado veinte años antes de aprobarse la Constitución, cuyo articulado ampara su creación y desarrollo. En el siglo XXI se han hecho varias revisiones de La Ciudad de las Rías. Lo debatieron nuevas generaciones de ingenieros, arquitectos, sociólogos y urbanistas. Se publicaron nuevos enfoques, impartido conferencias y, por supuesto, algunos homenajes a su creador, el profesor Albalat. Se sumó la Diputación con la edición de un libro que recoge toda su historia y vuelve a poner de actualidad el proyecto. Oiga, don Andrés, ¿no cree usted que sería demasiado caro hacerlo ahora? La respuesta fue parecida a esta: «Pregúntate si es caro o barato hacer un puerto exterior o una Ciudad de la Cultura. Depende de la voluntad política y el interés de los ciudadanos». Andrés Fernández-Albalat era escéptico y creía poco en la clase política. En voz baja me confesó que los políticos ferrolanos nunca habían sido receptivos a estudiar La Ciudad de las Rías. Estaban instalados en la idea de ciudad-estado, autosuficiente, más demandante de recursos de Madrid que relacionada con las otras ciudades de su entorno. Yo le confirmaba esta impresión. En todos estos años la ciudad naval optó por reivindicar su aislamiento, el deseo utópico de volver a ser la ciudad más poblada de Galicia… Mientras continúa su declive. Descanse en paz, Albalat.