Aquí y ahora

Manuel Couce DESDE LA ALAMEDA

FERROL CIUDAD

29 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La buena relación que mantuvieron socialistas y comunistas en diferentes gobiernos de la ciudad no se corresponde con la situación actual, al no llegar a acuerdo con el reparto de poder que ofrecía el candidato más votado en la izquierda política, que fue Ángel Mato, y ahora la gobernanza está en manos de los ocho ediles socialistas, que a diario se las tienen que ver con diecisiete en la oposición. Si no hay acuerdos conjuntos, en los grandes temas, Ferrol tendrá serias dificultades para alcanzar la velocidad de crucero y llevar a buen puerto su economía, golpeada duramente en los últimos años por la falta de trabajo y especialmente por el éxodo de nuestros jóvenes. Los actuales gobernantes están en el momento de decidir si se van a guiar por la cabeza o por las vísceras, ambas son legítimas, pero una mezcla nos conducirá otra vez a la melancolía, por no decir al fracaso.

Esperemos que no se llegue a estos extremos, y para ello esta vez los ferrolanos eligieron una corporación que tiene buen retrato y unos liderazgos bonitos. Veamos, a Mato, PSOE, no le gusta la moqueta, es un optimista silencioso; Rey Varela, PP, un político partidario de la moderación y del trabajo bien hecho; Jorge Suárez, FeC, desprovisto de ardores alcistas, va por los pasillos con una vela en la mano marcando territorio, e Iván Rivas, BNG, con sus respuestas categóricas, sigue intentando lastimar el espinazo de sus adversarios. Entre ello, seguro que también internamente habrá canutazos envenenados, pero no se dejan notar, y la gente lo agradece.

Pero los intereses de fondo para la ciudad parecen estar todavía dormidos en el Sánchez de Aguilera, el murallón, la Feria de Muestras, el polígono industrial, etc, pasando por un silencio ominoso y la gente se pregunta cuándo se van a atacar esas obras importantes -cierto que las pasaron por alto otros gobiernos locales- pero siguen siendo prioridades para el progreso de la ciudad, esperamos que con la llegada del año veinte no se metan ningún gol en propia meta ni se produzcan más trastornos democráticos.

En resumidas cuentas, hay que decir que esta corporación está aguantando bien el tipo, tiene energía acumulada para funcionar con experiencia, y ninguno de los ediles deja notar su falta de compromiso. Queda por ver si unos y otros aciertan en la velocidad que hay que darle a este sueño o pesadilla, llamado Ferrol.