«Para emprender hay que tener aguante»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

Hugo Fraga, director de la empresa Hyliacom, ganadora del Premio Ferrolterra Emprende, cree que para montar un negocio «hay que ser un Rocky Balboa»

16 dic 2019 . Actualizado a las 10:09 h.

A Hugo Fraga Pigueiras (Burela, 1987) lo de emprender le viene de cuna. Su abuelo tuvo una empresa de construcción; su padre llevó una asesoría durante algún tiempo; y él, con solo 9 años, decidió que ya era lo suficiente mayor como para montar su propio negocio. «En el colegio, la profesora nos enseñó a hacer lapiceros y servilleteros con pinzas de la ropa y yo monté una pequeña fábrica en casa: compré los materiales, calculé el margen de beneficio y me puse a producir para vendérselos a los vecinos», cuenta Fraga echando la vista atrás. Hoy aquel niño avispado y despierto es el director de Hyliacom, una agencia de comunicación con oficinas en Río do Pozo (Narón) y Valencia, que factura entre 400.000 y 500.000 euros al año y que cuenta con una clientela en la que sobresalen grandes firmas como Nintendo, Atresmedia o El Economista.

La fulgurante trayectoria de la firma en los últimos cuatro años -con Fraga como director, pero respaldado siempre por sus dos socios, Raúl Millán y José Miguel Blasco- ha sido merecedora recientemente del premio Ferrolterra Emprende, pero el empresario advierte de que el éxito no es un camino de rosas. «Para emprender hay que tener mucho aguante. Yo siempre digo que hay que ser un Rocky Balboa: tienes que estar preparado para recibir muchos golpes y reunir las fuerzas necesarias para caerte y volverte a levantar mil veces. Eso sí, si perseveras, puedes lograr tu objetivo, como le ocurrió a Rocky, que gracias a su determinación logró ser campeón del mundo», comenta Fraga echando mano de un símil cinematográfico.

Él mismo es el perfecto ejemplo de esa capacidad de aguante que debe tener todo emprendedor. «Nuestra empresa estuvo a punto de irse a pique en el año 2015, cuando la facturación se redujo en un 85% y nos vimos con el agua al cuello por las deudas, pero en ese momento fuimos capaces de reinventarnos, de darle una nueva orientación al negocio, y fue entonces cuando empezamos a crecer de verdad. De nuestro mayor golpe vino nuestro mayor éxito», explica el director de Hyliacom.

Y es que la firma no siempre se dedicó a lo mismo, sino que evolucionó. Todo comenzó cuando Hugo tenía 17 años: su afición por los videojuegos le llevó a crear un blog sobre ese mundo y a ese proyecto se sumaron poco tiempo más tarde el programador zaragozano Raúl Millán y el diseñador valenciano José Miguel Blasco. «Juntos creamos cuatro medios de comunicación digitales, especializados en diferentes ámbitos, y llegó un momento en el que teníamos tanto tráfico que las empresas se empezaron a poner en contacto con nosotros para contratarnos publicidad. Fue entonces cuando decidimos montar la empresa», rememora.

Dilema: cerrar o reinventarse

Corría entonces el año 2010, pero un lustro después el panorama se tornó desolador para los jóvenes emprendedores. La publicidad cayó en picado y, con ella, la facturación. «Nos vimos en el dilema de cerrar o cambiar la orientación de la empresa y fue entonces cuando se nos ocurrió la idea de ofrecer a otras firmas lo que hasta ese momento habíamos hecho para nosotros mismos en nuestros medios: diseño de webs y apps, márketing on line, creación de contenidos digitales de todo tipo, organización de eventos...», relata Hugo.

Los tres socios dieron en el clavo con su decisión y, gracias a esa apuesta por «reinventarse», la empresa consiguió salir del bache y empezó a crecer como la espuma. «Yo creo que el secreto de nuestro éxito es que contamos con profesionales del márketing, el diseño y el periodismo, pero también de la programación, que es algo de lo que carecen la mayoría de las agencias de comunicación», advierte el responsable de Hyliacom.

Fraga defiende la cultura del emprendimiento, sobre todo en zonas como Ferrol, excesivamente dependientes del monocultivo. «Aquí se han puesto todos los huevos en una misma cesta y habría que empezar a pensar en ampliar miras y buscar un plan B. Nosotros somos un buen ejemplo de que es posible: en Ferrolterra encontramos una tierra de oportunidades y desde aquí trabajamos en proyectos tecnológicos para todo el mundo».