Lluvia de novedades

Manuel Couce DESDE LA ALAMEDA

FERROL CIUDAD

08 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Si se pararon a leer el pasado sábado este periódico observarían que las virtudes de esta ciudad y su gente no suenan nunca a provocación sino a reclamar dentro de los justos límites y con la debida prudencia los puestos de trabajo que se han perdido de un largo tiempo a esta parte. Y por lo visto y leído en las páginas locales de La Voz se anunciaron proyectos importantes con trabajo para los ferrolanos.

Veamos: En la página L2 el Gobierno central autoriza un convenio con Navantia para desarrollar las fragatas F-110, su importe es de 1.638 millones de euros, diez años de trabajo y garantiza 7.000 empleos. En la L3, la Xunta de Galicia traslada al Ayuntamiento el proyecto de la futura estación intermodal, con un coste de 40 millones de euros, para crear terminales de tren y autobuses, crearía además 400 plazas de aparcamiento. Y en la página L4, la Xunta anuncia fondos para el nuevo edificio del campus universitario, una partida de 4,2 millones de euros en el convenio firmado por la Universidad para el Centro de Investigación Inteligente.

Al fin, las cabezas pensantes de nuestros políticos gobernantes se han acordado de esta ciudad que está preparada desde hace tiempo para desarrollar inversiones básicas en comunicaciones, el sector naval y la Universidad, que vinieron sufriendo un accidentado camino, sobre el que los ferrolanos venían insistiendo, pero la mentalidad excluyente de las tribus ideológicas de Madrid y Santiago hicieron oídos sordos a las demandas sindicales y de las autoridades locales de esta esquina del mapa.

Cuando llegan estas noticias, que aquí sorprenden a propios y extraños, se pone en marcha el dinamismo de nuestra gente, y seguro que con estas y otras aportaciones, que buena falta hacen, para que Ferrol vuelva a ser un referente internacional de primera magnitud, cuya obra se mueve por el viejo y el nuevo continente, y recuperar a muchos profesionales, que alejados de los problemas se pasan el tiempo diciendo: Pero la lluvia es buena para el campo.

Ahora se aferrarán a ese asidero de consuelo, esperado ya que se echen las manos a las obras y que el resto de realidades se cumplan al pie de la letra. Por eso, noticias como estas merece la pena volver a anunciarlas y recordadas las veces que haga falta, para acabar con una fea y larga época.