Hablan los vecinos de Ferrol: «Es un tono raro, como pasado por la lavadora»

R.P.P. FERROL

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Defensores y detractores a pie de calle del color azul de la pasarela de Santa Mariña

07 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Azul o no azul, esa es la cuestión que mantiene vivo el debate en las últimas semanas a uno y otro lado de la nueva pasarela. Un paseo por sus inmediaciones permite hacer un sondeo exprés sin resultado concluyente, porque hay opiniones de todos los colores. Tras la barra del café bar Berna, en la calle Río Xubia, atiende José Arias, que defiende la utilidad de la futura pasarela. «Es un avance. Lo único que no me gusta es el color», espeta. «Es feo. Es un color raro, parece como pasado por la lavadora», opina. Si de él dependiese, la pasarela sería verde. Ricardo López es uno de sus clientes. Y para él «el asunto es que quede bien y que se pueda pasar», más allá del color, que aún no tiene muy claro cómo quedará. Daniel y Marina pasean a su perrita Ellie por la zona. A él le gusta el tono elegido: «Es distinto». Ella considera que la pasarela «no será útil», por la cercanía de los otros pasos.

Algo similar considera Álvaro García, otro vecino que estima que «la idea de acercar las dos poblaciones [el Ensanche y Santa Mariña] es buena», pero que «tener tres puentes tan cercanos, el de Caballo Blanco, la pasarela vieja y esta, no tiene mucho sentido», apostilla.

Indiferencia

Las obras le han supuesto, dice, mayores complicaciones para encontrar aparcamiento en la zona. Pero para él, la cuestión cromática no es importante: «Me es indiferente el color», asegura.

El entorno del pabellón del Palco das Ánimas es un lugar idóneo para el paseo de las mascotas. Y allí acude a menudo Susana González con su perro Vito. «Sí, como Corleone, el de El Padrino», bromea. Sobre el azul, lo tiene claro: «A mí mucho no me gusta, pero a alguien le habrá gustado... o sería el más barato», especula. Desconocía que esa sería su apariencia final. Pero para ella lo más importante es lo que queda al otro lado, en Santa Mariña: «Si la zona de allá no la van a arreglar, aquello da pena». El talud sigue desmoronándose y la calle Loureiros continúa cerrada al tráfico por los desprendimientos, algo que la obra de la pasarela no remediará. La asociación de vecinos de Santa Mariña tiene previsto redoblar esfuerzos en esta demanda. Mientras tanto, la pasarela azul sigue creciendo en una zona sin casetas de obra: los operarios utilizan para la organización del trabajo y el cambio de indumentaria el bajo alquilado que anteriormente ocupaba una tienda de informática.