Técnicos municipales optaron por ese color para el puente de Santa Mariña por criterios de visibilidad paisajística e integración en el entorno
07 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La gran estructura peatonal que a partir de enero conectará los barrios del Ensanche A y Santa Mariña se levanta ya hacia el cielo. Y de él la nueva pasarela ha tomado su color. El nuevo puente será azul, tal y como ya se muestra en la actualidad. Y la decisión cromática ha cogido por sorpresa a los vecinos, que aguardaban algo más convencional. Pero la elección del tono no es casual. Ni arbitraria. Desde el Concello de Ferrol explican que la elección fue una cuestión técnica, fruto del criterio de los funcionarios responsables del proyecto. Pero ¿por qué es azul la pasarela de Santa Mariña? «Por un criterio de visibilidad paisajística», dice la explicación oficial. Y de «integración» en el entorno.
Y así, el azul cielo tiñe la rampa metálica y la estructura prismática en la que desemboca y que salva las vías del tren. Y de paso, llena de debate la calle. No son pocos los que pensaban que el azul era temporal. O el color de una protección que recubría la pasarela, que se retiraría posteriormente. Pero no: la apariencia actual es la que tendrá. Y, para gustos, claro, los colores. El azul cielo encuentra a pie de calle detractores, pero también quienes defienden la originalidad de la propuesta. Y a quienes les resulta indiferente con tal de que la pasarela cumpla su función.
A la Asociación de Vecinos del Ensanche A no le gusta: ni la pasarela ni el color. «Normalmente para este tipo de pasos se utiliza un azul intenso. Este azul parece que está viejo, como un poco usado ya», expresa. Pero además, considera que la pasarela es excesiva y «faraónica»: «Era necesaria una comunicación y crear un puente, pero no uno tan grande. Con reparar la que había o hacer una nueva más sencilla sería suficiente», considera. Porque «para gastar ese dinero lo lógico es que hubiesen hecho un paso para coches», defiende.
Las obras enfilan la recta final
Y mientras el debate sobre el color se convierte en la comidilla del proyecto, las obras avanzan sobre el terreno. Y enfilan su recta final. Los operarios se afanaban los días pasados en soldar las piezas de la gran estructura, con la rampa, que permitirá el acceso a personas con movilidad reducida y que ya se extiende en la orilla del Ensanche A. Las vallas acotan la amplia zona del entorno que quedará urbanizada dentro de esta actuación, aunque desde la entidad vecinal lamentan que no haya un plan conjunto de toda la zona.
Se esperaba que los usuarios pudiesen caminar por el puente este mes, pero hace unos días se anunció que el fin de obra se aplaza hasta el 17 de enero. La pasarela cuesta 626.525 euros y la ejecuta Arias Infraestructuras.
