El temporal ataca por mar y por tierra, con desperfectos y cortes de luz

A. F. C. FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

CÉSAR TOIMIL

En Bares hubo olas de 9 metros y el viento sopló a más de 120 kilómetros por hora

05 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El ciclón Amelie ha golpeado la comarca por tierra y por mar. En la boya de Estaca de Bares, las olas alcanzaron ayer nueve metros, y en la estación ubicada en el faro, el viento sopló a 121 kilómetros por hora, a las dos de la madrugada del lunes (en la noche del sábado al domingo hubo rachas de 156). Los bomberos, los grupos de emergencias supramunicipales, los voluntarios de Protección Civil y la Policía Local han atendido múltiples incidencias. El viento derribó el muro lateral del CEIP Isaac Peral, en Ferrol, lo que obligó a colocar vallas protectoras provisionales y a cerrar varios accesos al centro, hasta que se reconstruya.

Los Bomberos de Ferrol se desplazaron ayer a Mugardos para retirar árboles tirados por el viento y el GES de Mugardos acudió a Fene para liberar algunas vías. También se dieron problemas de suministro eléctrico en varios puntos de las comarcas de Ferrolterra y Ortegal, como consecuencia de los fuertes vientos, «que causaron la caída de árboles, ramas y cáscaras de eucalipto sobre el tendido aéreo», según indican desde la compañía Gas Natural Fenosa-Naturgy.

Las incidencias se produjeron en el entorno de San Andrés de Teixido, en el municipio de Cedeira; en Ladrido (Ortigueira), donde se quedaron sin luz desde primera hora de la mañana del domingo; en Valón (Ferrol) y en el área de Xuvia (Narón). La empresa señala que ayer se solventó «definitivamente» la situación, con trabajos que ocasionaron cortes intermitentes en alguna de las áreas perjudicadas.

Sin rompeolas en Barallobre

Si el viento atacó con fuerza, el mar también ha reaccionado con virulencia. El principal destrozo se ha producido en el puerto de Barallobre, donde las olas arrancaron una parte de la estructura que protegía el muelle. Los fragmentos del rompeolas que se desprendieron el domingo amenazaban con impactar contra las embarcaciones, pero la dirección del viento y la ayuda de algunos marineros «fueron la salvación», agradeció el patrón mayor de la cofradía fenesa. «Si no hubiera sido así, tendríamos 40 o 50 lanchas profesionales en el fondo, sería una catástrofe», declaró Jorge López. Las plataformas de cinco por tres metros que se soltaron acabaron en la playa y ayer, personal de la empresa enviada por Portos, intentaba quitarlas para evitar que regresaran al agua y generaran peligro.

«Hoy no ha salido nadie al mar porque no hay condiciones y estamos intentando echar una mano, pero los profesionales quieren una solución mientras duren las obras, si tienen que cambiar de puerto [a Mugardos o a Ferrol] o qué pueden hacer, porque tienen que trabajar, no pueden estar parados», concluyó. En Cariño, el mar empeoró la ya precaria situación del pantalán deportivo.