Entre los alumnos recién matriculados en la Sénior de Ferrol se encuentran Paco Cordido, de 61 años, y Trinidad Fernández, de 68, quienes hace ya algún tiempo dijeron adiós a la vida laboral, pero no a las ganas de cultivar el intelecto y aprender cosas nuevas. «Eu daba clases no CPI Atios de Valdoviño e agora sentín gañas de reencontrarme coas aulas, pero non como profe, senón como alumno», cuenta Paco, quien opina que lo peor que puede hacer una persona al jubilarse es «quedarse de brazos cruzados no sofá de casa».
Con la misma ilusión que transmite Paco se exprensa la fenesa Trinidad Fernández, una técnica de farmacia que, como otros muchos alumnos de la institución académica, desembarcó en la Sénior gracias al «boca a boca». «El año pasado me matriculé en inglés en la Escola de Idiomas, pero me pareció difícil para el nivel que yo tengo, así que como una compañera me habló muy bien de la Sénior decidí venirme para aquí», explica sonriente.
Trini asegura que la curiosidad por el saber no se pierde, sino que «va a más con los años». Y como Paco, espera que su paso por la Sénior le sirva para aprender muchas cosas, pero también para enriquecer su vida social y hacer nuevas amistades. Además, ambos valoran que el programa no se limite solo a las clases de las materias correspondientes a cada curso, sino que también les ofrece la oportunidad de participar en talleres sobre temas específicos y realizar visitas culturales y excursiones junto a sus compañeros.