El coordinador de playas de Valdoviño dice que se trata de una especie «que no suele ser muy agresiva», pero que, por precaución, se desalojó a los bañistas del agua
16 ago 2019 . Actualizado a las 17:43 h.La alarma se extendió ayer entre los bañistas de la playa de A Frouxeira, en el municipio de Valdoviño, al escuchar por el servicio de megafonía que tenían que salir del agua por un avistamiento de tiburones. Eran las 12.15 horas y los socorristas acababan de abrir el servicio y de colocar la bandera amarilla, con la que está permitido el baño, pero con precaución. Pero con lo que no contaban los bañistas, ni los surfistas y tampoco los alumnos de las escuelas de surf que en ese momento se encontraban en el agua, era con que la precaución no se limitase solo al estado del mar.
La megafonía a través de la que el servicio de socorrismo hace recomendaciones sobre el baño alertó en ese momento de que todos tenían que abandonar el agua, porque se habían avistado tiburones. Y unos minutos más tarde el aviso inicial se convertía, a través del mismo medio, en la prohibición de bañarse en toda la playa de A Frouxeira, mientras algunos socorristas recorrían a pie, haciendo sonar el silbato, los tres kilómetros del arenal, llegando hasta Outeiro y la repunta, donde no prestan servicio.
Al mediodía levantaron la prohibición del baño, con la recomendación de que se adentrasen en el agua con precaución, guardando la oportuna distancia de los escualos. Según explicó el coordinador de playas de Valdoviño, Daniel Arcas, la medida de desalojar a la gente del agua en los tres kilómetros de playa se adoptó por precaución, ante la proximidad de los tiburones a la zona de baño, algo que no es habitual, y para comprobar de qué especie de trataba. Tras confirmar que eran seis o siete tiburones mako, más conocidos como marrajo, una especie «que no suele ser muy agresiva», se optó por levantar la prohibición del baño, con la recomendación de que los bañistas no se acercasen a ellos, porque no se sabe cómo pueden reaccionar.
Llevan varios días en la zona
Daniel Arcas indicó que este grupo de escualos ya estaba siendo avistado por los socorristas desde hacía unos días, tanto en la zona de A Frouxeira como en la playa de Pantín, pero que ayer se aproximaron más de lo normal a la orilla. «Suelen estar a cuatro millas de distancia, porque aquí no tienen comida, y solo se acercan a la costa para morir, por lo que es probable que en los próximos días el mar los eche fuera», apuntó el coordinador de playas, añadiendo que de los seis o siete que estaban cerca de la playa de A Frouxeira cuando se dio la voz de alarma, sobre las 13.30 horas ya solo permanecían en la zona dos o tres, que estaban «muy quietos y desorientados».
Tras el susto inicial, que provocó que algunos de los muchos bañistas que ya estaban disfrutando de uno de los pocos días buenos de playa de este verano recogiesen sus bártulos y se fuesen, los que se quedaron y llegaron después fueron recuperando la normalidad, entrando en el agua poco a poco, y con un ojo puesto en el mar, para «no provocar» a los tiburones mako, siguiendo la recomendación del servicio de socorrismo.