Reconvertir A Magdalena

Nona I. Vilariño MI BITÁCORA

FERROL CIUDAD

09 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Creo que somos muchos los ferrolanos que consideramos este mercado un valor a preservar, lo que implica actualizar su estética y su funcionalidad. No tiene accesibilidad; ni un aparcamiento adecuado que facilite la compra y su traslado; ni escaleras adaptadas; ni un servicio de carros. El ascensor es imposible; las puertas no se cierran y el frío hiela el cuerpo de quien ya tiene helada el alma por la incertidumbre de un futuro que cada vez se ve más negro…

No se trata de inversiones multimillonarias sino de decisiones políticas y razones económicas que justifiquen esta remodelación. Lo primero es una cuestión de voluntad. Lo segundo implica un estudio de viabilidad para conocer qué sobra y qué falta en este espacio que ofrece productos de calidad contrastada y una extraordinaria capacidad de los placeros para hacer esta travesía, tan dura como incierta, sin perder su cordialidad ni la esperanza de poder conseguir que las instalaciones estén a la altura de la oferta -excelente pero con necesidad de adaptarse a la demanda-.

Para eso lo primero es creer y querer. Creer que hay fórmulas para dinamizar un espacio que puede ser escaparate de lo mejor de nuestra oferta de frescos y tapas que anuncien la excelencia de la gastronomía ferrolana. Y querer buscarlas. La agonía de esta «institución» preludia un futuro de obscuridad y silencio en uno de los espacios más hermosos de esta ilustrada ciudad que hace tiempo parece mirar al futuro en una sola dirección: el pasado. Mientras el mundo más desarrollado promueve la innovación y la creatividad de los emprendedores.