La última pieza de la infraestructura diseñada para sanear la ría supone la construcción de dos tanques de tormentas, además de una red de colectores generales y las conexiones de estos con la ya existente.
La inversión total, entre las diferentes administraciones, supera los 226 millones, de los cuales 104 corresponden a la aportación del Gobierno autonómico.