La ocupación canina en Mougá baja hasta un 40% a las puertas del verano

beatriz antón FERROL / LA VOZ

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Camino Ferrero, la veterinaria, con Roi, el perro que lleva más tiempo en Mougá, adonde llegó en el 2017
Camino Ferrero, la veterinaria, con Roi, el perro que lleva más tiempo en Mougá, adonde llegó en el 2017 CESAR TOIMIL

La mitad de los 63 perros que alberga el centro en estos momentos son de razas potencialmente peligrosas

18 jun 2019 . Actualizado a las 17:54 h.

Con la llegada del verano, hay una historia que se repite de forma triste y con demasiada frecuencia: el abandono de perros aumenta repentinamente y la entrada de canes en los refugios de animales se dispara. Es lo que pasa habitualmente en muchos puntos de España, pero no en la comarca de Ferrolterra. Al menos eso es lo que revelan las estadísticas del Refugio Mancomunado de Animales de Mougá, en Ferrol, donde la llegada de canes abandonados en la zona no solo no ha aumentado con la proximidad del verano, sino que incluso ha bajado hasta mínimos históricos. «Ahora mismo tenemos 63 perros, cuando la capacidad total es de 160, lo que representa un 40% de ocupación, la más baja de los últimos seis años», dice satisfecha la veterinaria del centro, Camino Ferrero.

¿Cuáles son los factores que han propiciado estas buenas cifras? Luis Alcalá, gerente de la Mancomunidad de Concellos de la Comarca de Ferrolterra, asegura que el descenso paulatino de la ocupación en Mougá no ha llegado forma «máxica», sino que es fruto de la labor desempeñada por la concesionaria del servicio, Tragsatec, que se ha preocupado de perseguir y denunciar los casos de abandono detectados ante la Consellería de Medio Ambiente. Además, Camino Ferrero no se olvida del papel desempeñado por la protectora El Hogar de Wilbur, que en los últimos dos años ha contribuido al descenso de la ocupación al  encontrar hogar para más de 300 perros del refugio,  subiendo así la tasa de adopciones. Algunos de estos de canes viven ahora con sus nuevos dueños en la comarca, pero gran parte de ellos -aquellos en los que nadie se fijaba por ser ya mayores o arrastrar algún problema de salud- fueron adoptados en países como Reino Unido, Holanda o Finlandia gracias a la mediación de la protectora.

Tenencia irresponsable

Sin embargo, a pesar del descenso del abandono y el aumento de las adopciones, hay una circunstancia que sí preocupa a los responsables del refugio y es que la mitad los perros de Mougá -31 de 63 en estos momentos- son de razas potencialmente peligrosas (PPP). «En esta zona siempre ha habido muchos PPP, pero el problema no es ese, sino que en muchos casos sus dueños no reúnen los requisitos que hay que cumplir para poder tenerlos y, por eso, si se pierden, no los reclaman, porque saben que se exponen a una sanción», explica Camino Ferrero.

Ferrero asegura que los PPP son muy cariños y nobles si se les educa bien
Ferrero asegura que los PPP son muy cariños y nobles si se les educa bien CESAR TOIMIL

En este sentido, la veterinaria recuerda para obtener la licencia de este tipo de canes, los interesados deben acreditar determinadas capacidades psicológicas y físicas y no pueden tener antecedentes penales.

Los perros potencialmente peligrosos que llegan al refugio bien porque son abandonados, se pierden o a través de incautaciones policiales lo tienen más difícil para encontrar un hogar. «La gente les tiene miedo porque estos perros tienen muy mala prensa y están demonizados, pero si se les educa bien son súper nobles, buenos y cariñosos», asegura la veterinaria de Mougá. Además, Ferrero explica que muchos de estos canes llegan al refugio en muy malas condiciones y con heridas, lo que le hace sospechar que en la zona se organizan peleas clandestinas.