Sin primos

José Varela FAÍSCAS

FERROL CIUDAD

26 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Es probable que esta noche se desvanezca la incertidumbre de la composición del nuevo gobierno local de Ferrol. Mientras en Narón los vectores que definen las preferencias de los vecinos son persistentes y vigorosas, de dar por certeras las prospecciones demoscópicas recientes, en Ferrol pervive el equilibrio inestable. Aquí, la derecha se duele de la fragmentación de opciones con la que concurre, un plañido bisoño: la izquierda es doctora en la navegación en un mar de taifas: bienvenidos, pues, al frescor de la intemperie. Uno de los rasgos propios de los comicios locales es que achica el espacio del componente irracional que toda elección política lleva implícito -como cualquier decisión humana, si filosofamos exquisitos-. Aparentemente, se trata de un dilema de orden práctico: conocemos de antemano qué es lo que propone cada partido de manera concreta y detallada para cada uno de los barrios y la ciudadanía en su globalidad. El fundamento de la decisión personal se reduce, que no es asunto de escasa enjundia, a la confianza que nos merece la candidatura: lo que le presumimos que será capaz o no de llevar a cabo de aquello comprometido. En las elecciones generales o autonómicas el ruido es tóxico: las ocurrencias, payasadas y contorsionismos ocultan lo que verdaderamente llevan en la agenda los candidatos. Tiene más valor mediático una anécdota o un chascarrillo que una iniciativa de cambio en el sistema fiscal. Todo sea porque no decaiga el espectáculo. En las municipales, sin embargo, los condicionantes son más de índole íntima -sentido de pertenencia, simpatía, prejuicio...- que ambiental. Vamos, que los primos de Zumosol, asustan menos.