«No aguanto más, me voy de Recimil»

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Jorge Antonio Pérez Ferreiro entregó en el Concello de Ferrol las llaves del piso en el que nació hace 63 años. Asegura que no resiste los problemas de convivencia

31 mar 2021 . Actualizado a las 13:44 h.

Nació hace 63 años en un bajo de las viviendas municipales del barrio de Recimil, concretamente en la calle Euskadi -en esa época se denominaba Eduardo Ballester-, en el que siguió viviendo hasta hace unos días. Jorge Antonio Pérez Ferreiro hizo entrega ayer en el negociado de Patrimonio del Concello de Ferrol de las llaves de esa vivienda, junto con un escrito que previamente le habían sellado en el Registro municipal. En él explicaba su decisión de abandonar la que fue su casa durante 63 años «porque no puedo vivir con el ruido, la suciedad y todo tipo de escándalos, tanto de día como de noche», y reclama que cumplan el compromiso de darle otra vivienda en la zona de la plaza de Sevilla, en el mismo barrio.

Este vecino asegura que, con la ayuda de su familia, se ha visto obligado a alquilar un piso en Caranza, «porque no aguanto más, dejo Recimil porque la convivencia en este barrio es nefasta». Y puntualiza que no tiene nada contra los okupas, «porque todo el mundo tiene derecho a una vivienda y tampoco contra la etnia gitana, sino todo lo contrario, porque incluso tengo una gran amistad con una familia gitana, una gente maravillosa».

Jorge Antonio Pérez Ferreiro atribuye los problemas de convivencia de Recimil a la falta de interés del Concello de Ferrol por el barrio y por sus propias viviendas, que se manifiesta en el abandono de los edificios en sí, la falta de limpieza, árboles que no se podan y, sobre todo, la total ausencia de medidas de seguridad. Según su testimonio, son problemas que se vienen arrastrando desde hace varios mandatos y contrapone la situación a los años de su niñez y juventud, «cuando jugábamos en la calle y era un barrio tranquilo, en el que se podían dejar las puertas abiertas y las familias incluso se reunían para tocar la guitarra y cantar. Entonces había paz y tranquilidad en el barrio entero», apostilla.

Este vecino insiste en que él tiene los pagos al día y reclama que el Concello cumpla el compromiso que le hizo un concejal, de palabra, de concederle otra vivienda municipal. «Exijo mis derechos como inquilino legal que siempre pagó la renta», concluye.