El TSXG confirma la pena de tres años y cuatro meses para el naronés que agredió a su pareja con un martillo

FERROL CIUDAD

EDUARDO PEREZ

El tribunal tiene en cuenta el peligro de la zona a la que se dirigieron la mayor parte de los golpes, que fue la cabeza

16 may 2019 . Actualizado a las 11:18 h.

La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha confirmado la condena de tres años y cuatro meses de prisión que le impuso la Audiencia Provincial a un vecino de Narón que en julio del 2016 golepó a su pareja con un martillo, tras discutir con ellas porque se negó a darle una tarjeta de crédito para evitar que comprase droga. El TSXG rechazó, al igual que ya lo había hecho la Audiencia, que el acusado tuviese intención de matar a la víctima -había sido procesado por tentativa de homicidio- y confirma la condena como autor de un delito de lesiones con instrumento peligroso, con la atenuante de alteración psíquica y el agravante de parentesco.

En la presente sentencia se recoge que el Tribunal «no ignora la peligrosidad de la zona a la que se dirigen la mayor parte de los golpes, ni el plus que entraña el empleo de un martillo, aunque solo fuera una vez, pero ha de ponderarse a los efectos analizados con las restantes circunstancias concurrente, en especial, y según resulta de la declaración del médico forense, que dada la intensidad de los golpes en ningún momento existió riesgo vital, incluso aunque la víctima no recibiera asistencia médica urgente, lo que no sucedió pues fue atendida rápidamente». De ahí que el TSXG desestime la impugnación de la sentencia de la Audiencia por parte de la acusación particular.

Los hechos juzgados ocurrieron sobre las cinco de la madrugada del día 2 de julio del 2016, cuando el acusado se encontraba en una vivienda de la madre de su pareja, en la que no convivían, y surgió una discusión por una tarjeta bancaria que ella guardaba para que su novio no la utilizara para comprar droga. El ahora condenado, que estaba muy alterado, golpeó a la chica contra las paredes, le propinó puñetazos, la agarró por el cuello y le puso un cojín sobre la cara, golpeándola con un martillo metálico pequeño.