De Torun a Ferrol para promover la cultura

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

Kamila Graczyk pasará diez meses en la ciudad naval como voluntaria europea

25 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A Kamila Graczyk le gusta el clima de Ferrol. Reconoce que en estos momentos de temperaturas más suaves es similar al de Polonia. También ha visitado ya los alrededores de la comarca como la Fervenza del Belelle o la zona antigua de la ciudad. Y espera con nerviosismo que llegue el bien tiempo para poder recorrer los kilómetros de playas y hacer de guía a otros vecinos que vendrán a la urbe naval en junio. Hace un mes, Graczyk hizo las maletas y abandonó su ciudad, Torun -una villa medieval de más de 200.00 habitantes, capital de la región polaca de Pomerania y conocida por ser la localidad natal de Nicolás Copérnico-, para cruzar el continente al Oeste y establecerse en Ferrol. Se trata de una de las jóvenes voluntarias europeas que se encuentra trabajando con la organización Xeración para participar en proyectos en la comarca. «Me gusta mucho la ciudad, porque es muy accesible», agradece. En las pocas semanas que lleva en España se ha instalado en su nuevo piso que comparte con otros voluntarios que también realizan actividades en la comarca.

«Conocí esta oportunidad por otros amigos de Polonia», recuerda. Hace tres meses comenzó a planear esta aventura del Servicio Europeo Voluntario por el que dos entidades juveniles se ponen en contacto para colaborar desarrollando actividades en la localidad de destino. Graczyk estudió Derecho y Filología italiana, pero quería colaborar con algún proyecto para conocer mundo. Y en España solo había estado de vacaciones, así que en apenas tres meses organizó su estancia en Ferrol que se extenderá durante diez. Llegó hace apenas dos semanas y ya se ha puesto manos a la obra.

Estos proyectos de voluntariado constan de dos líneas de trabajo. Por una parte, la joven polaca se ha unido a diferentes actividades que desarrolla la entidad juvenil con sede en la Casa da Xuventude de Ferrol. Por ejemplo, da clases de inglés a los grupos de mayores del taller de Afundación. Los cursos de oratoria, las píldoras formativas, o la noche cultural son algunas de las actividades que organiza la entidad y a la que se irá sumando la voluntaria. También dará a conocer sus raíces en una jornada dedicada a la gastronomía, música y cultura polaca.

Pero también piensa en su legado personal. Y es que, durante estos diez meses, la joven deberá desarrollar un proyecto propio. Y, aunque todavía es pronto ya que aún acaba de llegar, ya piensa qué consistirá. «Quiero organizar unas jornadas para jóvenes europeos en la que traten alguno de estos temas, la empleabilidad o la democracia», explica.