Trescientos peregrinos completaron el tramo del Camino Inglés entre Finchale y Durham

Cristóbal Ramírez DURHAM / ENVIADO ESPECIAL

FERROL CIUDAD

Participantes en la ruta del Camino Inglés entre Finchale y Durham, en el Reino Unido.
Participantes en la ruta del Camino Inglés entre Finchale y Durham, en el Reino Unido. Cristóbal Ramírez

Galicia colocó la primera señal oficial de la ruta en territorio británico

23 mar 2019 . Actualizado a las 21:49 h.

«Hoy vamos a poner la primera señal de una ruta histórica que nos llevará a A Coruña y Ferrol primero, y a Santiago de Compostela después». Con estas palabras invitaba el investigador de las peregrinaciones David Pott al diputado provincial coruñés Antonio Leira a coger el martillo y colocar la señal de la flecha amarilla en Finchale, comienzo del Camino Inglés. Dicha abadía se encuentra en el nordeste británico, a unos 2.450 kilómetros de la plaza del Obradoiro.

«Este es un día en que cumplimos un sueño», manifestaba emocionado Antonio Leira, quien estaba acompañado por el alcalde de Dumbría, José Manuel Pequeño (que se pasó la jornada promocionando la Costa da Morte y la prolongación a Fisterra), y la jefa de Turismo del ente provincial, Maite Loureiro. En la comitiva gallega no faltaron frases de recuerdo y agradecimiento para Rafael Sánchez, gerente del Xacobeo hasta hace un mes y que por lo tanto no acudió a la cita. La Diputación y el Xacobeo trabajaron codo con codo estos cinco últimos años para reivindicar y promocionar esa ruta jacobea en suelo británico. Una ruta de la que, como recordaba Penélope Johnson -que creció en Ferrol y desde hace dos decenios es profesora de la Universidad de Durham-, «aquí nadie sabía nada hasta que desde Galicia se apostó por recuperarla».

Ante las casi 300 personas congregadas en las majestuosas ruinas, David Pott se refirió luego a la importancia histórica de A Coruña en las relaciones con Gran Bretaña, y Antonio Leira recordó a los presentes que esas relaciones existieron también con Ferrol, contacto que incluso se prolongó durante más tiempo.

La secretaria de la asociación Friends of Finchale Camino, la mencionada Penelope Johnson, explicó que la credencial del peregrino que se acababa de repartir minutos antes, financiada por la Diputación, estaba aceptada por la Iglesia compostelana. David Pott recalcó que así era posible peregrinar en el tramo británico y luego hacer el Camino Inglés desde A Coruña: se suman así más de los cien kilómetros necesarios para conseguir la compostela. Hubo una auténtica cola británica -respetuosa, paciente y silenciosa- para cuñar la credencial.

 «Nos vemos en Santiago»

Entre los asistentes, un muy numeroso grupo de estudiantes de Corea del Sur y de Japón. «Aquí en Durham hay una universidad oriental, y somos alumnos de ella -manifestó Yon Hye-, y para nosotros es una oportunidad para conocer de cerca un fenómeno mundial como es la peregrinación a Santiago».

Tras las intervenciones y la colocación de la primera señal, los tres centenares de personas echaron a andar por cuarta vez en este siglo hasta la catedral de Durham, patrimonio de la humanidad, siguiendo el trazado que recorrían los peregrinos en el medievo y que está identificado en su totalidad. En el templo entraron tras el alcalde de la ciudad, y las autoridades eclesiásticas les explicaron la historia y relevancia de una catedral que hasta la Reforma protestante acogió a miles de peregrinos. Al salir, la despedida era unánime: «El año que viene nos vemos en Santiago».