Más de 600 mayores de la provincia esperan plaza para una residencia

Chema Corral FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

La red pública no alcanza para cubrir la demanda de los numerosos usuarios

18 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Como en cada período electoral, recobran el protagonismo. Los mayores cuentan, pero sus necesidades siguen lejos de estar bien cubiertas. Entre ellas, por la importancia que tienen para su bienestar y el de sus familias, destacan los servicios de atención a la dependencia. En la última década se ha producido un salto cualitativo y cuantitativo indudable en las prestaciones. Una mejora que se empeñan en subrayar las cifras oficiales. Aunque no todo son alegrías. El caso de las residencias es un ejemplo claro. Desde la Consellería de Política Social confirman que, pese al esfuerzo realizado en los últimos años para ampliar la cobertura, las tres grandes ciudades coruñesas suman en este momento 618 vecinos en lista de espera para optar a una plaza pública. En Santiago hay 74. Ferrol triplica la cifra compostelana, con 225 mayores esperando cama. Y aún más complicada es la situación en A Coruña, con 319.

Los 93 municipios coruñeses suman, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, 272.404 mayores de 65 años. Y más de la mitad viven solos o en compañía de otras personas de su edad. Para cumplir la ratio recomendada por la Organización Mundial de la Salud -cinco camas por cada 100 mayores- serían precisas unas 13.500 plazas. Pero las cuentas no salen.

Un vistazo a la situación de las tres grandes ciudades de la provincia revela la envergadura del problema. A Coruña, Santiago y Ferrol -en cuyo entorno se concentra la mayor demanda de usuarios- suman, según los datos del registro de entidades prestadoras de servicios sociales, 1.343, 810 y 467 plazas, respectivamente. Así, solo la ratio compostelana, con 3,9 camas por cada 100 mayores, despunta sobre la media gallega (3,1), pero sin alcanzar la ideal.

Desde Domusvi, un gigante del sector de los servicios sociosanitarios que gestiona 13 residencias coruñesas incluidas las de Ribeira y Noia, lo tienen claro: no existen plazas suficientes en la provincia. Fuentes de la compañía, que oferta 1.853 camas, aseguran que en sus geriátricos no hay lista de espera para las plazas privadas -aunque muchos de sus centros urbanos cuelgan el cartel de completos- pero la situación cambia diametralmente en el caso de las concertadas por la Xunta.

Y es que acceder a una residencia privada no está al alcance de cualquiera. La media de participación del usuario en un centro público ronda los 600 euros mensuales, mientras que en el caso de los privados, aunque hay diferencias, el coste oscila entre los 1.200 y los 2.000 euros. Muchas superan incluso esta cifra. Algo imposible para buena parte de los mayores gallegos, con una pensión media de 833 euros, a los que no les queda otra que esperar. «Muchos acaban optando por otros recursos y otros mueren antes de tener plaza», reconocen desde el sector.

Plazas públicas

La oferta asistencial de la Xunta incluye en la capital gallega un total de 475 camas, de las que 384 se encuentran en los tres centros de titularidad propia, estando las restantes financiadas en geriátricos privados. Más escueta es la oferta en A Coruña, a pesar de que la población es mucho mayor. La ciudad herculina, con apenas 246 en residencias públicas, no alcanza las 400.

Y Ferrol es el farolillo rojo con 191 en la residencia de Caranza y cien plazas concertadas. «Ferrolterra está menos dotada que las demás, tanto de residencias públicas como de plazas privadas», concluyen desde una de las residencias de la ciudad naval

La Consellería de Política Social ya ha anunciado un plan de choque con la construcción de una nueva residencia pública en cada una de estas ciudades coruñesas, aunque, de momento, toca seguir esperando.