Los trabajadores no han dejado de acudir a sus puestos desde que se anunció el cierre

Beatriz García Couce
B. Couce FERROL

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

Todos los empleados rechazaron el permiso retribuido que les ofreció la empresa

12 mar 2019 . Actualizado a las 22:04 h.

El pasado 22 de febrero, la dirección de Poligal anunciaba la peor de las noticias para su plantilla: acababa de presentar concurso voluntario de acreedores con una propuesta de liquidación. O lo que es lo mismo, anunciaba su intención de cerrar la factoría. Al suprimir la actividad, ofreció a sus trabajadores un permiso retribuido, que todos rechazaron, por lo que llevan desde entonces acudiendo a sus puestos y acometiendo los turnos ya que entienden que es la primera medida que tenían que tomar para defender sus puestos.

«La situación es dura, porque estamos yendo a pasar las ocho horas allí. Además, la incertidumbre con lo que va a pasar también lastra», explica Bernardo Cabezal, delegado de la CIG en la empresa. Hasta el momento, la plantilla estuvo al día en los cobros de sus nóminas, pero ahora desconocen si percibirán el sueldo de este mes.

El administrador de la factoría está nombrado, pero hasta que el juzgado de Barcelona no admita el concurso no podrá empezar a ejercer sus funciones.

«Todos siguen haciendo sus turnos de trabajo, aunque no tengan trabajo y es una forma de dar continuidad a sus puestos», explica María Palacios, del Metal de UGT, sindicato que ostenta la presidencia del comité.

Aunque los trabajadores responsabilizan al grupo Peralada de la situación, Bernardo Cabezal sitúa ahora la pelota en el tejado de la Consellería de Industria y del Ministerio de este mismo ramo. Defiende la viabilidad de la planta y la calidad del producto que sacaban de estas instalaciones de A Gándara.