Verdades dolorosas

Manuel Couce

FERROL CIUDAD

03 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Alguien se atrevió a decir que la modernidad solo ha proporcionado medios para ir hacia atrás, y puede que lo dijera después de ver el trasto viejo al que va en camino de convertirse aquella feria en Punta Arnela, que había entrado en la leyenda de la vida ferrolana con generosas y altruistas ayudas y con dinero a espuertas desde la plana mayor de la ciudad. Ahora quedan para el recuerdo aquellos comienzos fervorosos de la Feria Internacional de Muestras del Noroeste que tantas alegrías dio a la comarca y quebraderos de cabeza a sus organizadores, pero siempre fueron para mejorar sus instalaciones, sus expositores y los visitantes. Allí hemos visto congresos, mesas muy técnicas, patinetes voladores, robots, tecnología de los gigantes digitales, drones, los comienzos del wifi, las mejores marcas y una demostración del poderío industrial y militar de la ciudad. Expositores con mucho lujo, buenos e importantes negocios y helicópteros para hacer turismo sobre esta ciudad con tanta belleza oculta. Y así cada año demostrando su capacidad de regeneración.

Pero hoy se puede ver lo que queda, parece que le echaron por encima un agente nervioso letal que produjo el abandono de las autoridades responsables. Forzosamente esta situación lamentable nos hace volver a recordar los tiempos brillantes, con un buen gestor de recursos como Miguel Maristany, muy enraizado en la ciudad, en la Feria y en la Cámara de Comercio. Fue un presidente recordado y de todos comprendido por las profundidades de su acertada labor, cuando Ferrol era prodigio de admiración y todos los relojes marcaban la misma hora, en atención a su valor histórico.

Pero las cosas cambian y es bueno poner en antecedentes al lector. El deterioro consentido que se comete con la Feria de Muestras y ahora con la ruina de su recinto representa el final de un gran proyecto -uno más- que dio a Ferrol la impronta de gran ciudad, a pesar de que siempre tuvo pánfilos gobernantes. Me doy por enterado de que esta corporación ha comprendido el mensaje, pero seguro que no dedicarán un minuto de su ocupadísima cabeza para intentar salvar todavía del caos esta estructura hegemónica que está llegando al final de su espléndido camino, y sin que nadie intente escudriñar lo que le espera en un futuro próximo.