A bordo del AIDAmar viajan 3.000 personas que harán una escala de diez horas desde las ocho de la mañana
20 feb 2019 . Actualizado a las 14:53 h.El primer gran buque de pasaje de la temporada de cruceros recalará en el puerto de Ferrol el próximo domingo.
El AIDAmar, de la naviera alemana AIDA, amarrará, según las previsiones de la Autoridad Portuaria, a las ocho de la mañana procedente de Oporto con 3.000 personas a bordo, entre tripulación y pasajeros. Permanecerá en la rada interior de Curuxeiras hasta las 18 horas, cuando pondrá rumbo hacia el puerto francés de Le Havre.
Segundo del año
La llegada del AIDAmar supondrá la segunda escala del año para Ferrol. El primero en visitar la ciudad, con 800 pasajeros, fue el británico Saga Pearl II, el pasado 16 de enero. Tras la parada en el muelle del crucero de este domingo se abrirá un paréntesis de casi dos meses, hasta comienzos de abril, para cuando está programada la entrada del buque danés Georg Stage y, a continuación, el Hamburg, de la naviera Plantours.
Más atraques, más turistas
El Puerto de Ferrol ha cerrado para el 2019 un total de 17 escalas que realizarán 13 buques. De ahí que algunos como el AIDAmar, que regresará a Ferrol en noviembre, realicen más de un atraque en la ciudad a lo largo de la temporada. No obstante, la entidad que preside José Manuel Vilariño negocia con otras empresas del sector varias operaciones más, de modo que la Autoridad Portuaria espera cerrar el ejercicio con una veintena de buques de pasaje recibidos.
Con estas cifras sobre la mesa, la estimación es de unas 26.000 personas que llegarán a la urbe en barco a lo largo del año, frente a los pocos más de 20.000 del 2017 y los cerca de 18.000 en el 2018. Según el Puerto, la media histórica anual es de 11.373, pero la meta que persigue es alcanzar los 45.000 cruceristas en el horizonte del 2022.
Un gigante en Ferrol
Será en el mes de julio cuando atraque el mayor de los buques consignados; un gigante de 281 metros de la naviera P&O Cruises con 3.000 personas. El Oriana, procedente de Santander y con destino a la isla de Guernsey, presenta una eslora de casi tres veces el campo de A Malata.