José Ramón Vázquez: «He preferido hacer una tesis doctoral a dejarme arrastrar por la melancolía»

FERROL CIUDAD

ramón Loureiro

El profesor, latinista y grafólogo, acaba de doctorarse a los 89 años

11 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

José Ramón Vázquez Martínez acaba de doctorarse en la Universidade da Coruña a los 89 años de edad. Y lo ha hecho con una tesis que tuvo su origen en su propia traducción de un texto en latín medieval conservado en París. Un texto que -según él mismo explica- viene a ser una versión especialmente brillante y luminosa, transcrita en la lengua de Virgilio, de lo que popularmente se conoce como El Dioscórides: el monumental tratado escrito por el médico y botánico griego Dioscórides Anazarbeo, que practicó la medicina en Roma en tiempos de Nerón, que describió más de medio millar de plantas medicinales y cuya obra seguía siendo admirada y consultada en las boticas de toda Europa ya no solo en la Edad Media, sino incluso en pleno Renacimiento.

«He preferido hacer una tesis doctoral a dejarme arrastrar por la melancolía -dice Vázquez Martínez, mientras pasea por el Cantón de Molins-. He trabajado en ella durante ocho años, y ha habido momentos muy difíciles. Pero a la hora de acceder a un texto medieval, también la grafología me ha ayudado, aunque pueda haber gente a la que escuchar esto le resulte extraño. Hay ciertas alturas de la vida en las que ya no tiene ningún sentido perder el tiempo». 

En la estela de Unamuno

Mientras pasea, llevando bajo el brazo un ejemplar de su tesis, a Vázquez Martínez le viene a la memoria la figura, casi legendaria, de Abelardo Moralejo, el prestigioso catedrático, latinista y lingüista, discípulo de Unamuno, de quien José Ramón fue alumno a comienzos de los años sesenta del pasado siglo, tras haber dejado las aulas del Seminario de Mondoñedo y de diplomarse en Magisterio. «Don Abelardo Moralejo -cuenta el nuevo doctor, que leyó su tesis el pasado día 10- suspendía a Cunqueiro, pero a mí me aprobó siempre. Ya sabes lo que decía Álvaro, Don Abelardo me suspendía el latín con la regularidad de un reloj suizo, pero la verdad es que ese no era mi caso, porque a mí me aprobaba y me apreciaba mucho». Por múltiples razones, Vázquez Martínez cree que el esfuerzo que ha llevado a cabo para doctorarse ha valido la pena. 

Una visión «más amplia»

«Estoy muy contento -dice-, y además creo que mi trabajo de investigación no ha sido inútil, porque el manuscrito de París con el que tanto he trabajado ofrece una base más amplia, para el conocimiento del Dioscórides, que el de Múnich, cuyo texto, en lo que atañe al Libro IV, está incompleto». Profesor, durante décadas, de diferentes centros de enseñanza media ferrolanos, en los que enseñó desde Latín, Filosofía y Geografía e Historia hasta Literatura, Vázquez Martínez no puede evitar emocionarse un poco al recordar a sus miles y miles de estudiantes. «Siempre hice cuanto estuvo en mi mano para intentar ser útil a mis alumnos, para ser un buen maestro».