La lucense Inés Castro Veiga fue la estudiante más brillante de su promoción y ahora trabaja en la central de Seat en Barcelona
03 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.A Inés Castro Veiga (Lugo, 1995) siempre le gustaron mucho las asignaturas de ciencias, sobre todo matemáticas y física, pero también el arte y el diseño y, por eso, cuando finalizó el instituto, decidió decantarse por un título que conjugaba sus dos pasiones. En Ferrol estudió Ingeniería en Diseño Industrial y, al acabar la carrera, sus excelentes calificaciones la llevaron a ganar el Premio Extraordinario Fin de Grado UDC-Banco Santander, lo que la acredita como la estudiante más brillante de su promoción.
«Nunca podría haber hecho una mejor elección, tanto por la carrera elegida como por Ferrol y su gente» cuenta convencida Inés desde Barcelona, donde ahora disfruta de una beca en el departamento de diseño de Seat.
En opinión de esta joven titulada, los estereotipos sexistas que asociaban las ingenierías a «algo más de los hombres» pertenecen ya al pasado. «Hace años sí que estaba arraigada esa idea, pero no creo que eso siga estando al orden del día. Todas sabemos que podemos hacer lo que lo queramos y que todas las carreras están a nuestro alcance», dice rotunda.
En este sentido, Inés asegura que en su casa siempre gozó de «total libertad» a la hora de elegir carrera y que en el instituto nunca percibió que a los chicos se les animase más a estudiar ciencias que a las chicas, como apuntan algunos estudios.
Entonces, ¿a qué achaca ella la escasa presencia de mujeres en los estudios de ingeniería? Inés no tiene una respuesta clara para esta pregunta, aunque opina que tal vez falten «referentes». «Desde la niñez estamos cansadas de ver que los científicos, inventores o mecánicos son representados por personajes masculinos. Cuando empecemos a ver a más mujeres en estos roles, tal vez aumente el número de alumnas en sus aulas».