Cuando Chaikovski es tan divertido como jugar a la consola

FERROL CIUDAD

José Pardo

La compañía Musicreques, fundada por dos profesoras del Conservatorio de Ferrol, mezcla marionetas, humor y piezas de grandes compositores para acercar la música clásica a los niños

22 ene 2019 . Actualizado a las 15:21 h.

«Todavía existe ese cliché de que la música clásica es para gente mayor o para personas serias y aburridas, cuando no es para nada así», dice rotunda Alma Cendán. «Y nosotras -añade a renglón seguido Loreto Pérez- queremos luchar contra ese cliché y demostrar que para un niño puede ser igual o incluso más divertido ir a una función con música de Chaikovski o Brahms que quedarse en casa jugando a la consola». Loreto y Alma no hablan por hablar, sino con mucho conocimiento de causa y experiencia a sus espaldas. Y es que, desde hace ya cinco años, estas dos profesoras de piano del Conservatorio Xan Viaño de Ferrol se dedican a recorrer colegios, bibliotecas y centros culturales de Galicia para acercar las composiciones de los grandes clásicos al público menudo.

Para ello, se hacen acompañar de un ejército de marionetas, grandes dosis de humor y un buen puñado de cuentos tradicionales y de su propia cosecha. Esos son los ingredientes con los que cocinan los conciertos didácticos de Musicreques, la compañía que fundaron en el 2013 y con la que ya han recorrido cincuenta municipios de toda Galicia.

Alma y Loreto cuentan que la idea surgió en el 2012, a raíz de la celebración de un festival fin de curso en el Xan Viaño. «Junto a otros profesores del centro, aquel año preparamos un montaje muy bonito y divertido de El carnaval de los animales, de Saint-Saëns, y la reacción de los alumnos fue tan maravillosa que pensamos: ‘esto no puede quedarse aquí, hay que hacer algo más’», rememora Alma. «Además, a las dos nos apetecía emprender algún proyecto para explorar nuestra vena más creativa, porque, aunque la docencia nos encanta, también somos pianistas y nos atrae mucho el mundo artístico», agrega Loreto.

La intención estaba clara, pero lo que no sospechaban ninguna de las dos es que, al fundar Musicreques, ellas terminarían por convertirse también en titiriteras. «Al principio queríamos contratar a un profesional del mundo del teatro para que nos acompañase en los montajes y nosotras ocuparnos solo de la parte musical, pero, como por desgracia o por suerte no encontramos a nadie, al final decidimos hacerlo todo nosotras mismas», explica Loreto.

Eso sí, a las dos profesoras no le faltó la ayuda de sus familiares para poner el proyecto en pie. El padre de Alma, carpintero de profesión, se ocupó de construir un teatrillo de títeres para las funciones, mientras que su madre y su hermana confeccionaron todo el vestuario de las marionetas, y el marido de Loreto asumió el papel de «chico para todo», ocupándose de la logística y colaborando en el montaje de la escenografía antes de cada función.

Con ese equipo de «colaboradores» proporcionándoles apoyo, Alma y Loreto ya han puesto en pie cuatro montajes : As aventuras de Quebranoces, con música de Chaikovski; Iván e o lobo gris, donde hacen sonar las famosas danzas eslavas de Antonín Dvorák; O Quebranoces para bebés, en la que adaptan el clásico para pequeños de 0 a 3 años; y Contacontos musicais, una función en la que aderezan cuentos de su propia cosecha con música de Debussy, Chopin, Schumann...

«Además, tenemos ya un quinto montaje que se titula Contos e música do ceo, da terra e do mar, con historias también de nuestra autoría y que esperamos estrenar este mismo año», anuncia ilusionada Alma, quien junto a su compañera de andanzas titiriteras ya ha editado uno de esos relatos (A tola de Lola). «Yo me ocupo de escribirlos y Alma dibuja las ilustraciones», anota Loreto.

Ambas aseguran que sus conciertos didácticos obran milagros en los niños, ya que «la música clásica estimula partes del cerebro que son muy importantes para su desarrollo, pero también fomenta su creatividad y les enseña a apreciar la belleza». Y aunque reconocen que seguramente les resultaría más fácil seducir a un crío con las melodías de Justin Bieber que con las de Chaikovski o Chopin, ambas consideran que una cosa no tiene por qué estar reñida con la otra. «Mi grupo preferido de siempre es AC/DC, pero con la música clásica también disfruto muchísimo... Es algo que me llega al alma», dice Loreto.

Los alumnos del CEIP Ponzos podrán experimentar todas esas emociones muy pronto, ya que las dos titiriteras de Musicreques los visitarán este mismo viernes, en el marco de un proyecto educativo impulsado por la compañía y el Xan Viaño en colaboración con los centros escolares de la zona. «Organizar una salida y llevar a los niños a un concierto de música clásica es algo que no todos los colegios se pueden permitir y, de esta forma, los niños pueden disfrutar de la experiencia sin tener que pagar ni salir del centro», advierte Loreto Pérez.