«Polvorín» con okupas en San Xoán

FERROL CIUDAD

JOSÉ PARDO

Los vecinos urgen soluciones al Concello de Ferrol para unos edificios abandonados en los que duermen personas sin hogar entre gran cantidad de material inflamable

09 ene 2019 . Actualizado a las 18:41 h.

«Tenemos en el barrio una auténtica bomba de relojería», manifiesta el presidente de la asociación de vecinos de San Xoán-Bertón, Andrés Medín, refiriéndose a los edificios de la antigua empresa Maderas Fernández, que están situados entre la iglesia parroquial y el antiguo campo de fútbol. Se trata de varios inmuebles abandonados, algunos de ellos con peligro de derrumbe, que, según los vecinos de la zona, están siendo utilizados por okupas, con la gravedad de que en el interior hay una gran cantidad de material inflamable.

Y es que ya de por sí la combinación okupas-casas abandonadas es una mezcla explosiva en el más estricto sentido de la palabra, no en vano, según confirman la Policía y los Bomberos, la práctica totalidad de los incendios en inmuebles deshabitados está relacionada con su utilización para pernoctar por parte de personas sin hogar. Si a esa combinación se suma la existencia de material que arde con facilidad, surge la idea del «polvorín» que los vecinos de San Xoán dicen tener entre sus propias viviendas.

Todos los edificios abandonados de este bloque tienen franqueado el acceso por diferentes puntos, sobre todo por un callejón situado en la parte trasera, porque, los puntales con los que de vez en cuando se bloquean las puertas desaparecen al poco tiempo. El mejor conservado es el que servía de exposición y venta al público de la desaparecida empresa Maderas Fernández, pero los vecinos son testigos de que también ahí entra gente, porque poco a poco van desapareciendo los muebles de cocina y las puertas que quedaron cuando la firma entró en concurso de acreedores. Otro de los inmuebles, el situado frente al templo parroquial, se encuentra en un estado total de ruina, con la madera del piso a medio caer. En este caso, los vecinos denuncian el peligro que corren los niños que acuden a la catequesis, que en ocasiones suelen colarse entre las ruinas, como parte de sus juegos.

JOSE PARDO

En otro de los edificios, colindante con este último, se registró un incendio hace unos meses, también por la existencia de okupas, y la propietaria de la única vivienda existente entre los inmuebles de la desaparecida Maderas Fernández, aún no ha podido regresar a su casa, por el peligro de desplome de la colindante.

Existe otro inmueble más de la empresa, también en total de abandono, en el que al mediodía de ayer había okupas dentro.

Según Andrés Medín, al mal estado general se suma el hecho de que la mayoría de ellas se utilizaban como taller de carpintería o como almacén y los restos de esa actividad contribuyen a agravar el peligro de incendios o incluso explosiones. Así, el presidente vecinal asegura que en el interior hay grandes cantidades de madera, además de bidones con disolventes, pinturas y barnices.