«Robar era lo que más nos gustaba. No teníamos miedo a nada y despilfarrábamos el dinero»

A. M. A CORUÑA / LA VOZ

FERROL CIUDAD

El perro, como le llamaban en los ochenta, era uno de los mayores atracadores de bancos en Galicia

24 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El perro le llamaban en los ochenta cuando era uno de los mayores atracadores de bancos en Galicia y así prefiere que se le llame en la entrevista. Cliente de toda la vida del penalista Víctor Espinosa, ahora dice ser «un hombre en paz con la sociedad». Lo hace guiñando un ojo.

-¿Cuántos bancos atracó?

-No lo sé. En una ocasión me lo preguntaron unos colegas en la cárcel y les calculé que serían 30.

-¿Disparó alguna vez?

-Al techo. Nunca mataría a un trabajador. Ni a un cliente. Antes prefiero que me cojan.

-¿Cuántas veces lo detuvieron?

-Varias. Pero solo dos con las manos en la masa. Me solían arrestar días después del atraco. O por un chivatazo, que había mucho chivato, o por mi mala cabeza.

-¿Mala cabeza?

-Sí. Todo lo que sacábamos de los robos lo despilfarrábamos. En fiestas y en repartir. Vivíamos en un barrio con muchas necesidades y cuando alguien necesitaba algo, ahí estábamos nosotros. Fuimos muy tontos, porque cuando nos fue mal, casi ninguno de aquellos a los que ayudamos, nos echó una mano. Hubo noches que nos fundíamos 300.000 pesetas de las de entonces en fiestas.

-¿Por qué cree que ya no se roban tantos bancos como antes?

-Por las medidas de seguridad y porque ahora los bancos apenas tienen dinero disponible.

-¿Antes era rentable?

-Sí. Casi siempre nos llevábamos más de un millón de pesetas. Casi siempre éramos tres y a los dos días, a veces, no nos quedaba nada (ríe). Así que a los tres días volvíamos a atracar.

-¿Qué papel tenía usted?

-Entraba armado y amenazaba con matar a todos si no metían el dinero en una bolsa que les daba. Mis compañeros controlaban los movimientos.