Navantia ha asegurado, no obstante, que no tiene comunicación oficial del informe y que nadie se ha dirigido a la empresa para consultar las posibles causas ni han participado tampoco en ninguna de las actuaciones llevadas a cabo hasta el momento. Reitera que, desde un principio, brindó su colaboración a la Armada de Noruega. Aunque insiste en que analizará las circunstancias y las hipótesis de las causas que se han hecho públicas, reitera «que el diseño cumple con todas las certificaciones y en concreto satisface las condiciones de inundación requeridas por la reglamentación aplicables a buques militares».
En un apéndice difundido a la vez que el informe preliminar, la comisión señala que la inundación de la nave ocurrió en tres compartimentos estancos: el cuarto de generadores en popa, los camarotes de la tripulación en cubierta y los almacenes, informó Efe. Basándose en los daños y los documentos sobre estabilidad del buque, la tripulación concluyó que la fragata tenía un estatus de «estabilidad pobre», pero que podía ser mantenida a flote, pero al advertir que el agua caía desde el cuarto de generadores al de engranajes a través del hueco del eje de las hélices y que este se estaba llenando rápidamente, optaron por la evacuación.