Rosa Arroyo: «Cuando se creó el consejo no había doctoras, pero ahora somos mayoría»

Bea Abelairas
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La oftalmóloga asentada en Ferrol hace historia al ser la primera mujer en un órgano nacional con casi un siglo de vida

02 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Rosa Arroyo nació en Madrid y allí, en el hospital en el que se formó como oftalmóloga (La Paz) era adjunta en el año 1994, cuando la vida la trajo a Ferrol con un bebé de cuatro meses. «Estoy muy contenta con el cambio, el Marcide me ha dado muchas posibilidades; en otro lugar nunca hubiese tenido un abanico tan grande de oportunidades», cuenta un día festivo y poco después de trabajar en la organización de un congreso de cooperación internacional que se celebrará en Santiago de Compostela este año. Y apenas unas jornadas después de hacer historia y convertirse en la primera mujer en un órgano, el Consejo General de Colegios de Médicos, que se fundó en los años 20.

-¿Cómo puede ser que no llegase antes una mujer a este órgano, en casi un siglo?

-Cuando se creó no había mujeres ejerciendo la profesión, pero ahora ya somos mayoría en las facultades claramente y en la profesión ya sumamos un poco más del 50 %. Pero la situación era así, hace años se había presentado otra mujer, Rosa Pérez, que era la presidenta del Colegio de Médicos de Lleida, pero no ganó por un voto. Ya le he mandado un mensaje para decirle que ya hay una Rosa en la vicesecretaria general del Consejo General de Colegios de Médicos. Además, es una persona excepcional que conocí, porque ya llevo años en funciones colegiales.

-¿Pesó que no hubiese mujeres a la hora de presentarse?

-No ha sido solo eso. Cuando terminas la carrera te concentras en el aspecto asistencial, después te dejas llevar por la formación para terminar la tesis y esas cosas. A mí me pasó que Luciano Vidán se presentaba a las elecciones del Colegio de Médicos en el 2006 y terminé en su equipo. Las ganamos y empecé con un cargo que fue renovándose, fui secretaria del colegio y así seguí muy vinculada. Cuando volvimos a vencer, hace tres años, y vino la junta del Consejo General a darnos la enhorabuena, en esa cena otra compañera y yo nos miramos y nos dijimos: ‘Son todo hombres, aquí pasa algo’ así que les dijimos que cuando saliese otra vacante no estaría de mas que fuese para una mujer. Ese fue el germen de todo.

-¿Cómo sintió la victoria?

-Me emocioné, primero porque pensaba que era un acto más privado, pero cuando iban leyendo los votos y veía que iba a ganar me abracé a Luciano Vidán y le recordé que esta victoria es también suya, por todo el trabajo, todo el apoyo y la confianza que siempre ha tenido en mí.