«La piscina de Caranza necesita un repaso»

J. C. M. FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

JACOBO AMENEIRO

El equipamiento deportivo ferrolano recupera poco a poco la normalidad, mientras usuarios y vecinos urgen una reforma a fondo de sus instalaciones

19 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La piscina municipal de Caranza recupera su actividad ordinaria. Tras el cierre cautelar decretado por Sanidad la pasada semana, al superarse los umbrales permitidos de dióxido de carbono, lo que habría provocado picores de garganta, irritación en los ojos e incluso vómitos en algunos de los usuarios, la instalación municipal retomaba ayer su programación de actividades habitual. Se impone la normalidad, aunque lo hace entre medidas excepcionales para prevenir nuevos episodios y usuarios que, aunque confiados, apuntan la necesidad de dar un repaso a fondo al equipamiento municipal.

«El Concello quiso quitarle hierro a lo sucedido, pero la situación fue grave, porque afectó a muchos usuarios, y estamos hablando de muchos niños», apunta Mapi Rodríguez, presidenta de la Asociación de vecinos de Caranza sobre la alerta dada. Una alerta que se sumó a la avería en la caldera que impedía disponer de agua caliente en las duchas y que hizo que se dispararan las quejas. «Son problemas puntuales y aislados, lo que sucede es que coincidieron en el tiempo», anotan desde la piscina para, acto seguido, añadir que el parón permitió solucionar ambas cuestiones.

Como de costumbre, en la mañana de ayer se vivió un trasiego de escolares. «Afortunadamente, ninguno de nuestros alumnos tuvo problemas. Y, en vista de que se actuó con urgencia, hoy (por ayer) volvimos con normalidad», explica Laura Alonso, profesora del colegio La Salle, que ayer acompañaba a los estudiantes del centro. «Para los niños fue una desilusión no poder venir un par de días, pero nada más, los padres están tranquilos», añade.

Aunque no todo sigue igual. Así, según explica Begoña Muñiz, monitora deportiva del Concello, desde la reapertura se están haciendo controles horarios de los niveles de CO2. Exámenes con unos resultados óptimos hasta el momento.

Entre las medidas adoptadas: «bajamos la temperatura del agua, estamos regulando de forma manual la entrada de aire y extremamos la vigilancia en lo referente a la normativa de higiene, un aspecto en el que reclaman la colaboración de usuarios». Y refieren medidas básicas que no todos respetan, como la necesidad de ducharse antes de acceder al vaso. Alude, por ejemplo, Muñiz a la reacción que provoca las cremas y maquillaje y el cloro y que el problema se agranda cuando hay mucha gente.

Entre los usuarios, mucha calma. Francisco Rivas, quien ayer acudía a recoger a su nieta, sostiene que «ante la alarma generada, estoy convencido de que todo está más que controlado». No obstante, opina que una mayor inversión contribuiría a prevenir situaciones en las instalaciones. «La piscina está vieja y necesita un repaso», opina. De hecho, hace durante el primer trimestre de año, la instalación deportiva estuvo cerrada por la sustitución del sistema de climatización.

Deficiente conservación

Desde el colectivo vecinal sostienen que «ahora se están viendo los resultados de la falta de mantenimiento, durante muchísimos años». Por ello, los responsables de la entidad reclaman una mejora a fondo de la instalación para actualizar sus equipamientos y también sus servicios, y exigen además «una sustitución en el personal de la piscina para garantizar que cumplen los requisitos que exige Sanidad para tenerla abierta».