El Obispado mantendrá cerrado el inmueble mientras busca financiación para la obra
10 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Los trabajos de restauración de la iglesia de Santiago Apóstol, en el populoso barrio naronés de A Gándara, van camino de convertirse en un auténtico quebradero de cabeza para el Obispado Mondoñedo- Ferrol. Los representantes eclesiásticos acaban de comunicar a los feligreses que, ante la falta de financiación para acometer la reforma de calado que, una vez iniciados los trabajos, se ha descubierto que precisa el templo, las obras quedan paralizadas y el cierre se prolongará «hasta que se encuentre una solución».
La Iglesia emprendía en septiembre la puesta a punto de este espacio de culto, construido hace más de medio siglo. Un actuación, valorada en unos 120.000 euros, de las que dos tercios serían asumida por la propia parroquia -vía donativos de los feligreses y mediante el concierto de un crédito bancario- y el resto por el Obispado, que dejaba fuera de juego el templo durante meses.
Pero como suele suceder con las obras, todo se complicó. Y así, según hacía ayer público el Obispado, «tras los trabajos del último mes se ha constatado que los daños en la cubierta son mucho mayores de lo esperado». Tal es así que la situación, que achacan a la baja calidad de los materiales empleados en la construcción, «requiere de una demolición total» de la techumbre. Y claro está dispara el coste de la intervención, en unos 100.000 euros. Una cuantía a la que, según reza el comunicado, «a día de hoy, parroquia y diócesis no pueden hacer frente». Así las cosas, el presente del templo se presenta lleno de nubarrones.
En estas condiciones, el Obispado ha decidido paralizar la obra que se estaba llevando a cabo -«adoptando, eso sí, las medidas necesarias para cubrir la iglesia con chapa galvanizada que impida que entre agua»- y mantener el cierre temporal de la iglesia «ante una perspectiva de búsqueda de soluciones»..
La decisión fue comunicada ayer en la asamblea de la parroquia de Santiago Apóstol, en la que participó el vicario general y vice ecónomo de la diócesis. Mientras se mantenga el cierre el culto y la atención a los feligreses serán asumidos por las otras parroquias de la unidad pastoral, que son la de San Xosé Obreiro, Santa Icía y la de San Martiño do Couto.