Los técnicos cerraron el inmueble por un agujero en un muro que nadie repara
03 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Ángeles Montero Manivesa es una vecina de San Xoán que dedica muchos desvelos y presupuesto a mantener su casa en buen estado. En gran medida, porque las viviendas contiguas no lo están y trata así de defenderse de los males que las consumen: «El barrio está muy mal, hay personas que se meten a vivir en casas abandonadas de las que nadie se ocupa», cuenta. Probablemente eso fue lo que sucedió hace un mes, cuando se declaró un incendio en la vivienda con la que comparte medianera.
El fuego no afectó a su hogar, pero paradójicamente desde entonces no ha podido volver a dormir en su cama. Aparentemente su hogar se salvó, pero los técnicos detectaron un boquete en el muro de la casa siniestrada y decretaron que la de Ángeles no era segura y no debía habitarla mientras no se reparase la pared. Justamente ayer se cumplían 30 días desde que esta vecina quedaba pendiente de un expediente del que sigue sin tener noticias: «Nadie hace nada, han notificado los arreglos que se deben realizar al responsable de la vivienda, pero eso tiene un plazo y los seguros tampoco hacen nada», explica sobre un proceso en el que su situación no importa a nadie.
«Estoy viviendo en casa de mi hermano, pero es una solución pasajera, no puedo estar así meses y meses», se queja poco después de repasar todos los mostradores a los que se ha acercado en vano y en múltiples ocasiones. Incluso ha recurrido a la asociación de vecinos del barrio, que en más de una ocasión ha denunciado el mal estado de las casas y los problemas que generaban al resto de los vecinos.
«Corre riesgo»
«Sufrimos esta situación porque las casas están abandonadas y ahora soy yo la que teme que la mía comience a correr riesgo de que la ocupen», alerta Ángeles, que desde el pasado 2 de septiembre contempla la fachada de su vivienda con impotencia, sobre todo porque hace poco tuvo que hacer frente a un arreglo por el mal estado de otro inmueble cercano. Las llamas que afectaron a la vivienda abandonada de San Xoán se propagaron con rapidez en las viejas maderas. Ángeles presenció cómo los bomberos salvaban su vivienda y se ocuparon también de retirar los escombros para evitar que se reprodujeran más problemas.
Apenas terminaron, los contraincendios tuvieron que salir corriendo para extinguir otro fuego en otra vivienda en ruinas de Ferrol Vello, en el llamado Callejón del Cuco. Una vía que sigue cerrada a los peatones desde entonces por las secuelas del siniestro.