Un negocio que crece como la espuma

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Alicia Seoane y María Marca inauguraron hace pocos días A lavandería de Santa en el barrio naronés de Santa Icía
Alicia Seoane y María Marca inauguraron hace pocos días A lavandería de Santa en el barrio naronés de Santa Icía CESAR TOIMIL

El sector de las lavanderías de autoservicio emerge en la comarca, donde ya hay casi veinte locales

17 sep 2018 . Actualizado a las 16:28 h.

Hasta hace no tanto tiempo, lo de ir a una lavandería de autoservicio para hacer la colada era una costumbre que aquí solo se conocía por el cine, pero la situación ha cambiado y lo que antes era una imagen de película americana se ha convertido en una estampa habitual en muchos barrios de Ferrolterra. El negocio del agua y del jabón ha aterrizado con fuerza en la comarca y, en apenas cuatro años, su presencia se ha multiplicado.

Si en el 2014 la urbe naval solo contaba con una lavandería de autoservicio -Lacolada, que abrió sus puertas en junio de aquel año en la calle San Amaro-, a día de hoy ya hay al menos diecisiete establecimientos de este tipo funcionando en la comarca. La mayoría de ellos se encuentran ubicados en Ferrol y Narón -con un total de trece locales entre ambos municipios-, pero quien quiera lavar los trapos sucios fuera de casa también puede hacerlo en localidades como As Pontes, Pontedeume, Fene o Cedeira.

«Se está viviendo un pequeño bum», asegura María Marca, quien el pasado viernes inauguró en el barrio naronés de Santa Cecilia, junto a su socia Alicia Seoane, A lavandería de Santa, el último local en sumarse al sector de las coladas exprés. Su caso ejemplifica bien las razones que llevan a muchos jóvenes emprendedores a embarcarse en una aventura empresarial de este tipo. «Decidimos apostar por este negocio porque no nos quita tiempo, ya que no requiere que estemos allí presentes, y al mismo tiempo, permite que entre un dinero extra en casa mientras nosotras nos seguimos dedicando a nuestras ocupaciones», anota María Marca. De esta manera, ella puede seguir dedicando su tiempo a estudiar para opositar al Sergas y Alicia Seoane, su compañera de viaje en esta empresa, a sus compromisos como fotógrafa.

Pero el auge que vive el sector no se debe solo a sus atractivos empresariales -obtener beneficios sin correr demasiados riesgos y con una inversión asumible (unos 50.000 euros de media para poner en marcha una lavandería con tres lavadoras y dos secadoras)-, sino también a un cambio en los hábitos sociales. De hecho, María Marca tuvo la idea de abrir su negocio cuando visitó un establecimiento de Ferrol para lavar unos edredones. «Me quedé sorprendida al ver el movimiento que había y la cantidad de gente que entraba en el local para hacer la colada», recuerda.

¿Qué tipo de cliente es el habitual en las lavanderías de autoservicio? «Pues la verdad es que tenemos de todo», comenta la propietaria de Lacolada de San Amaro, el primer local que abrió en Ferrol. En las máquinas de su establecimiento hacen la colada personas de paso en la ciudad, pero también gente mayor, alumnos de las escuelas navales y padres de familia que acuden al local a lavar prendas voluminosas como edredones o mantas.

En la imagen, una clienta de Lacolada de San Amaro, la primera lavandería de autoservicio que abrió sus puertas en Ferrol hace ya cuatro años
En la imagen, una clienta de Lacolada de San Amaro, la primera lavandería de autoservicio que abrió sus puertas en Ferrol hace ya cuatro años CESAR TOIMIL

Los precios, muy competitivos, y el ahorro de tiempo juegan a favor del sector. «¿Que por qué lavo aquí? Pues porque me resulta muy cómodo y muy barato: por seis euros y en menos de una hora me llevo lista la colada de una semana», comenta un usuario de La lavandería de Esteiro, al tiempo que asegura que muchas prendas salen de la secadora «tan bien» que ya ni siquiera hace falta plancharlas.

La mayoría de los establecimientos no permiten el lavado de las prendas de las mascotas, pero hay algunas que sí ofrecen este servicio. Es el caso de Coladamax de Santa Icía y Freixeiro, aunque desde estos locales matizan que en ese caso no se permite el autoservicio.