Placeros de sol a sol para captar clientes

Bea Abelairas
B. abelairas FERROL

FERROL CIUDAD

«Los viernes muchos vamos a estar desde las seis de la mañana a nueve de la noche»

08 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La primera tarde de un viernes con la plaza de A Magdalena abierta tuvo alicientes como una fiesta de la espuma para los más pequeños y toda la ilusión de los placeros. Para la mayoría fue una jornada maratoniana, que comenzó al amanecer y no tuvo descanso hasta la noche: «Las personas que pueden contratar a empleados lo llevarán mejor, pero la verdad es que los viernes muchos vamos a estar desde las seis de la mañana a las nueve de la noche», explicaba Dolores Neira, que atiende un puesto de bacalao y que ayer fue una de las vendedoras que no cerró ni al mediodía. «Todo el esfuerzo será bueno si logramos captar a clientes jóvenes y nuevos -explica la citada placera-. Hemos pensado en los funcionarios y el resto de trabajadores, que salen a las tres de la tarde y nunca llegaban a tiempo».

A mediodía

Durante algunas semanas se ensayará el horario definitivo y si el flujo de clientes no es importante es probable que no pocos vendedores descansen al mediodía. «Algunos compañeros ya se han ido a casa y tienen cerrado hasta las cinco, eso habrá que hablarlo de nuevo», precisaba otra trabajadora del área de las frutas.

«Es la primera vez en muchos años que puedo venir y hacer la compra para el resto del fin de semana», se alegraba una clienta que trabaja en Ferrol, pero que reside en los alrededores y que no solía regresar los sábados por la mañana solo para abastecer su despensa. «La opción del viernes es muy interesante, pero aún se ven algunos puestos cerrados, no han querido abrir todos», señalaba.

Pasadas las seis de la tarde el mercado comenzó a animarse tanto con clientela, como con las familias que acudieron solo a las actividades de ocio programadas con motivo de la experiencia. Marina López estuvo al frente de un puesto que también atiende su madre, Nemesia, una veterana de A Magdalena. «Por supuesto que tenemos que probar y esforzarnos con este horario, la gente debe tener opciones para venir a comprar», aseguraba, aunque reconoce que habrá que esperar semanas hasta que la gente conozca y se habitúe al nuevo horario.

Para todo el año

La cantina tuvo clientela durante toda la jornada y hasta fue un punto de encuentro para vendedores y compradores que tomaron el café de la tarde en su barra. «Puede que se varíen los horarios, pero está claro que esta medida se queda todo el año», garantizaba un vendedor.