Los centros deportivos privados se quejan de la «competencia» de entidades y empresas asentados espacios públicos
05 sep 2018 . Actualizado a las 11:37 h.Como cada inicio de curso la oferta de actividades deportivas y de tiempo libre se multiplica, casi tanto como las ofertas para gastar menos. En A Malata la empresa que gestiona las instalaciones, Be One, publicita matrícula gratis y sorteos, además de un calendario con muchas clases dirigidas gratis: desde yoga a bici estática a ritmo de música.
Los locales vecinales comenzaron tímidamente, pero ahora cuentan con una programación igual de intensa que muchos gimnasios de toda la vida, como es el caso del de Canido, donde incluso se ofrecen clases de prueba.
«Es una competencia desigual, están en espacios públicos en los que no pagan alquiler, por poner un ejemplo», se queja Ramón Vázquez, que gestiona el centro deportivo más antiguo de la ciudad, el club Rembu-Kan. Lo heredó de su padre, Ramón Vázquez, que fue uno de los pioneros de las artes marciales en Galicia.
«Es la instalación deportiva privada más antigua -explica Ramón- y tenemos a personas de todas las edades, hay chavales que comenzaron a hacer kárate aquí con tres años y todavía vienen a practicar», explica un profesor de artes marciales que asegura que los precios bajos de otros espacios no siempre compensan.
En gimnasios locales como el suyo la atención es más personalizada. De hecho, pone como ejemplo que una de las deportistas que ha sido seleccionada para el equipo español, Ana de la Muela, se preparó con él. A pesar de la competencia cree que el «gran problema radica en que a partir de los 25 años nuestros alumnos se van de la ciudad».