Ferrol se queda sin campaña de vieira pese a contar con evisceradora propia

Antía Urgorri Serantes
ANTÍA URGORRI FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Los niveles de toxina se han mantenido altos desde junio, cuando arrancaron los trabajos, que solo duraron tres días

23 ago 2018 . Actualizado a las 22:17 h.

Los mariscadores que se dedican a la extracción de la vieira de Ferrol tenían puestas en este verano grandes expectativas. Se conjugaban dos circunstancias idóneas: por un lado, ponían en marcha una planta evisceradora propia en A Capela, lo que les evitaba tener que depender de terceros para sacar su producto al mercado; y por el otro, retomaban la captura del bivalvo tras dos años sin campañas.

Sin embargo, los altos niveles de toxina detectados al cuarto día de salir al mar -a mediados de junio-, y que se han mantenido semana tras semana, han frustrado la que se esperaba que fuera la mejor campaña de la vieira ferrolana en muchos años.

¿Qué ha pasado? Jaime Gabarri, portavoz del colectivo de mariscadores que se dedican a la captura del bivalvo y promotor de la evisceradora de A Capela, explica que «el mar estuvo este verano demasiado calmo», lo que impidió «que el agua se regenerase», y apunta a que construcciones como la del puerto exterior impiden el movimiento propio de las corrientes marinas en el interior de la ría.

Semana tras semana los mariscadores han cruzado los dedos para que las analíticas que realiza la Xunta diesen buenos resultados, pero no ha sido así. Y a estas alturas del verano, «la vieira ya ha desovado» y ya no se puede coger.

Inicio en junio

Todo estaba preparado el pasado 11 de junio para el estreno de las instalaciones impulsadas por la empresa Vieiras de Ferrol -de la que son socios Jaime Gabarri, Marcos Riobó y Vanesa Yáñez- en el municipio de A Capela, para depurar y eviscerar la vieira ferrolana. Hace un par de años, un grupo de mariscadores de la ría decidieron impulsar la construcción de una planta propia, ante los problemas que estaban teniendo en las otras evisceradoras gallegas, situadas en las Rías Baixas, para depurar el producto de Ferrol.

De hecho, la negativa de estas plantas a tratar el marisco de la ría fue el motivo por el que en el 2016 se interrumpieron las campañas del bivalvo.

Primeros 6.000 kilos

Sin embargo, la recién estrenada planta evisceradora de A Capela solo pudo funcionar tres días. Desde entonces, confirma Gabarri, permanece inactiva a la espera de que se retomen los trabajos más adelante, en torno al mes de noviembre, con la mirada puesta en la campaña de Navidad.

Aunque solo fueron tres días de trabajo en junio, fueron suficientes para que los mariscadores comprobasen que en los fondos de la ría ferrolana, tras dos años de parón, hay producto abundante y de buena calidad. Se cogieron los topes los tres días y se depuraron y evisceraron seis mil kilos de vieira en A Capela.

Incluso vino personal de la planta que hay en Cambados para formar y asesorar a los trabajadores ferrolanos. Sin embargo, la suerte no ha estado del lado del colectivo de Ferrol, que, justo cuando ha conseguido poner en marcha unas instalaciones que les permiten ser independientes en todo el circuito de comercialización del producto, se quedan sin campaña por los repetidos niveles de toxina. Y por tercer verano consecutivo, Ferrol se queda sin vieira.

La única planta para tratar el bivalvo de la zona norte de Galicia

La empresa propietaria de la planta evisceradora de A Capela es Vieiras de Ferrol, formada por varios socios, entre ellos Jaime Gabarri, portavoz del colectivo que extrae vieira en la ría; Marcos Riobó, responsable de Mariscos Riobó; y Vanesa Yáñez. La planta de A Capela, ubicada en Formariz, lugar perteneciente a la parroquia de Cabalar, se empezó a construir a principios del 2017, con una obra presupuestada en algo más de 600.000 euros, y su finalización se ha demorado más de lo esperado.

La cofradía de Ferrol tuvo hasta el 2015 un acuerdo con la firma Ameixa de Carril para la evisceración del producto, pero esta alegó falta de capacidad para no seguir realizando dichas labores. A partir de ese momento, y ante la imposibilidad de eviscerar su producto, el colectivo ferrolano tuvo que suspender todas sus campañas extractivas, con el consecuente perjuicio económico para el sector. De ahí surgió la idea de construir una evisceradora propia, para evitar depender de terceros para comercializar el producto. Es la única que existe en la zona norte de Galicia.

Camión custodiado

El único inconveniente que tiene la planta es que se encuentra lejos de Ferrol, por ello desde que se captura el bivalvo hasta que llega a A Capela hay que seguir todo un procedimiento. Dos agentes de Gardacostas de Galicia custodian el producto desde que sale de la lonja de Curuxeiras hasta que entra en la planta. Colocan un precinto en el camión, que retiran al llegar, y acompañan al vehículo por la carretera. Además, controlan el peso antes de comenzar el trayecto y después.